Opinión

Primero el Valencia

Lo que toca es defender los intereses del club, no que el Valencia acabe siendo un ariete en otras guerras

Imagen del sorteo de la Supercopa 2020

Imagen del sorteo de la Supercopa 2020 / EFE

El hackeo denunciado por la RFEF no ha dado para destapar nada nuevo porque el qué y el cuánto se sabían desde hace tiempo. La noticia, nada ilegal aunque indecoroso, es si acaso el cómo, en especial por Piqué. Sin entrar en el fondo de que conversaciones robadas de este tipo vean la luz y en lo que es una campaña de descrédito contra Rubiales, paradójicamente en un medio al que se desmintió por su información sobre una supuesta venta de Lim, los audios refuerzan en lo que afecta al Valencia CF un sentimiento de injusticia que caló y además con toda la razón a raíz de la Supercopa de Arabia. Ya entonces hubo un debate sobre si procedía renunciar a un torneo de infausto recuerdo al que el equipo llegó reventado y desde el que todavía no ha levantado cabeza. Tres años después, y tras sendos recursos perdidos por el cambio de modelo deportivo, el económico sigue en el aire y no hay duda de que exige una solución. Ese es el fondo del asunto, no haciendo uso del aforismo sobre que es mejor un mal arreglo que un buen pleito, pero sí explorando todas las vías, incluida la mano que hay tendida (y no por las entradas). Lo que importa es defender al Valencia, no aprovecharse de la situación ni recurrir a chivos expiatorios, máxime cuando la respuesta a todo en los últimos tiempos ha sido el silencio. Y en el caso de que todo falle, que decida un juez. Con la demanda en trámite, la beligerancia en este asunto es la que toca siempre y cuando sea para defender sus intereses, no para convertir al Valencia en un ariete a cuento de guerras e intereses que no son los que ocupan al valencianismo, ilusionado por la final y atónito porque vaya a desperdiciarse un partidazo ante el Villarreal. Obra y gracia, por cierto, del calendario de LaLiga, aprobado por los clubes... Hay mucho que mejorar.

COPA DAVIS

València acogerá durante los próximos cinco años la Copa Davis de tenis, una competición con un canon más asequible que la del América y un impacto mediático y económico más que atractivo. Una oportunidad que aprovechar.