Opinión

Cómo hemos cambiado

En plena digestión de la final de Copa llega un aniversario que también remite al futuro

El Valencia CF ofrece el título a su afición en 2002

El Valencia CF ofrece el título a su afición en 2002 / SUPERDEPORTE

El recuerdo del mejor Valencia CF de la historia arranca con la Copa del 99, sigue pese al sinsabor de la derrota por las dos finales de la Champions y llega al primero de sus dos momentos cumbre con el título de Liga de 2002, un éxito del que se cumplen 20 años y al que aún seguiría el doblete con el que el club de Mestalla se convirtió en el mejor del mundo. Es la época dorada del valencianismo, una que en teoría Lim iba a reverdecer cuando empezaba a apagarse pero que está ahora lejos del presente y durante la que lo peor de todo ha sido tanto la cantidad de clubes que lo han adelantado por la derecha como lo complicado que será recuperar esa desventaja. Recuperar aquel Valencia que tenemos en la retina es un objetivo al que no hay que renunciar y para el que hay que exigir, eso sí, una gestión no solo responsable sino eficaz, algo por desgracia que hoy brilla por su ausencia y a la que se debe la deriva y la nostalgia que provoca este aniversario. Más todavía por lo que se refiere a los grandes símbolos. Ninguno mejor, más allá de los que brillaban en el campo, que Ortí y el palmito que hoy llena de brillo la portada. En plena digestión de la derrota en la final de Copa es un buen reclamo al que agarrarse, especialmente el día después de haber visto que era el Villarreal quien peleaba en las semifinales de la Champions, justo cuando está confirmándose que por tercera temporada seguida no habrá fútbol europeo en Mestalla. Un estadio, por cierto, que sigue siendo el mismo que en los buenos tiempos. Y lo que le queda, porque ni Meriton quiere implicarse más allá de CVC ni las instituciones van a volver a cometer el error de que quien sea haga negocio con el club.

PROYECTO

La salvación del Levante UD pasa por ganar los últimos cuatro partidos, algo que no ha conseguido en toda la temporada y que se antoja difícil que consiga pero que no tiene que ser óbice para que el próximo viernes en el Ciutat se disfrute de un ambiente de final por si esta vez sí es la última de verdad. Primero a intentarlo y después, sin prisa pero sin pausa, a que Miñambres continúe haciendo su faena.