Opinión
Hay que estar ciego
La reunión no llega y nadie sabe a qué demonios hay que esperar. No verlo es de estar muy ciego
La reunión entre Bordalás y el Valencia CF no llega y nadie sabe a qué demonios hay que esperar, aún menos después de que el entrenador volviese a sonrojar a Meriton convirtiendo esta vez los cangrejos de Marcelino en ciegos que no ven lo que pasa. Y lo que pasa es lo de siempre desde Prandelli. Mal asunto porque no quedan dos semanas de aguantarse sino que puede ser otra temporada completa si no se le pone remedio. Todo sigue en el aire, empezando por el banquillo y pasando por los futbolistas más importantes. Y hasta que el señor Lim no levante o baje el pulgar, casi todo puede ir también ‘per l’aire’. Tan osado es decir que Bordalás cumplirá su contrato como lo contrario. Y ocurre muy parecido con la mayoría de cuestiones pendientes: renovaciones, fichajes, cesiones y salidas. Un panorama complicado en el que entran en juego muchos actores y en el que a nivel social, ahora que se acaba de cumplir un año de la primera gran manifestación, es muy importante que el descontento se canalice en acciones de protesta antes que en apatía, desapego y sillas vacías en Mestalla. El Valencia aún está a tiempo de recuperar la desventaja con la que va a empezar la próxima temporada pero no hay tiempo que perder a la hora de tomar decisiones. Si Lim no lo hace, al menos que haya alguien a quien se lo encargue y que tenga el criterio necesario para que salga bien. Y es que el riesgo, ahí están los números en liga como local, es demasiado grande como para que la respuesta sea no hacer nada y lanzarle a Bordalás la andanada de que se «replantee» las cosas. ¿Quién vendría después de él y con qué cara?
LA CERÁMICA
Cualquier parecido entre la puesta de largo de la reforma de La Cerámica y las obras de Mestalla es coincidencia.
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