«Si sales gratis en enero, te mato con toda la prensa». Da igual el contexto, el escenario y cualquier tipo de excusa. Ese ‘titular’ deja clara la fuerza que cree tener Anil Murthy en el Valencia CF y en la ciudad. Resulta peligroso imaginar a un propietario reconociendo que irá a por un futbolista si toma la decisión de no renovar. Sobre todo porque cualquier jugador de esa plantilla se siente desprotegido y sabe, ya de primera mano, que con Meriton al frente pueden estar expuestos en cualquier momento. El fondo de esa conversación en la que habla de Carlos Soler implica también por otra parte asumir la incapacidad de hacer un proyecto a la altura de jugadores de ese perfil. ¿Para qué sirve la cantera si los futbolistas no van a poder hacer disfrutar a Mestalla? Porque una cosa es que un jugador tenga ambición, lógico, y otra que se asuma que en el Valencia no se va a poder disfrutar de la Champions o la Europa League, de momentos de gloria, de estabilidad o de una toma de decisiones a la altura de un club centenario. Porque el Valencia, que hace una semana recordaba lo que pasó en La Cartuja y estuvo cerca de levantar la Copa, no puede conformarse con un presidente que se levanta y manda callar a la gente, con su segundo (Joey Lim) que lanza bailes en San Sebastián y sobre todo con una sensación interna de poder ‘comprar’ a la prensa si fuera necesario. En definitiva, el Valencia CF debe tener otras manos. Porque desde lejos genera cierta envidia ver a un Sevilla hablando de cambios de entrenador a pesar de haber conseguido el objetivo de la Champions. Eso es cuestión de exigencia. De mínimos. Y eso hace no tanto sí existía en un Mestalla que ahora se tiene que conformar con fichajes que no corresponden a ninguna hoja de ruta. Porque ya no es cuestión de ‘nivel’ sino de generar un proyecto estable. Y sin mentiras.