Opinión
Acorralado
La cuerda ya no da más de sí. Se tiene que romper por el lado presidencial. Las conversaciones de Anil Murthy destapadas por SUPER han confirmado la sensación que había al pensar que se creen por encima del bien y del mal ante cualquier cuestión que afecta al Valencia CF. Con cierto aire de despreocupación y con aparente poco respeto en sus palabras hacia a los políticos, que de un lado u otro, representan a todos los valencianos. Tampoco por los vecinos de Benicalap. Ni que decir tiene con el aficionado del Valencia, sus símbolos como Gayà o Soler, el entrenador o las expectativas de un club histórico en España y en Europa. Incluso con cierto desdén al referirse al máximo accionista. Son tantas... El Valencia CF ya no puede resistir más. Hablando de códigos alguien que ha respondido a la críticas ante la evidente nefasta gestión del club tras, por ejemplo, mandar callar a toda una afición o con sonrisas inapropiadas. Es un despropósito que el representante máximo de algo, en este caso un presidente, pise aquello que debiera defender. No se entiende, bueno sí, después de ocho años la pérdida de credibilidad es total. Un ninguneo constante que desembocará en la manifestación del sábado. El valencianismo, unido, dictará sentencia una vez más.
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