Opinión

Bordalás

Tenía todos los antecedentes encima de la mesa, y no era difícil saber que sería igual de maltratado por Meriton que sus antecesores. Sabía perfectamente donde venía

Una imagen de Bordalás en Paterna

Una imagen de Bordalás en Paterna / Francisco Calabuig

El futuro del Valencia depende de una reunión a miles de kilómetros de Mestalla, de la que sabremos solo lo que quiera Meriton. Esa es la herencia de un proceso de venta vergonzoso que el tiempo, el único que quita y da razones, retrata a unos cuantos. Así que mientras la mayoría de equipos planifican la próxima temporada, el VCF está fuera de su mercado natural. Siempre se ha dicho que se ficha mejor en febrero que en junio, pero la empresa propietaria del club hace lo contrario que dicta la ley del fútbol.

Supongo que este verano habrá más salidas sonadas que entradas ilusionantes. Los propagandistas de Lim decían hace ocho años que el empresario asiático acabaría con toda la deuda del club, e incluso el estadio, y estaban convencidos de que armaría un equipo «para ganarlo todo». Siguen sin pedir perdón y el valencianismo sabe que son patos cojos. No dieron ni una.

Vamos al banquillo. En circunstancias normales, José Bordalás no seguiría de entrenador del Valencia. Solo un dato, el balance de los 19 partidos jugados en Mestalla es de 6 victorias, 8 empates y 5 derrotas. En otra época, con esos números el técnico alicantino sería historia. 

Más allá de las estadísticas, lo que hemos visto en el campo ha sido un equipo irregular, con una zaga apocada, un centro del campo inexistente y un ataque inconsistente. Hemos vistos sistemas de juego ultradefensivos ante equipos inferiores y planteamientos insensatos ante rivales del mismo nivel. 

Había jugadores para competir mejor, por tanto, Bordalás no llega al aprobado. Tampoco sirve ahora como excusa la inestabilidad institucional del club porque sabía perfectamente donde venía. Tenía todos los antecedentes encima de la mesa, y no era difícil saber que sería igual de maltratado por Meriton que sus antecesores.

El Valencia se juega mucho en la próxima temporada y el entrenador debe ser una pieza decisiva. Todo apunta que durante los próximos meses habrá mucho movimiento en los despachos, pero si a Lim le queda un mínimo de respeto por el pueblo de Mestalla debería primero destituir a Anil Murthy y luego poner a un profesional para que construya un equipo reconocible con los millones de las ventas previstas.

El VCF siempre se armó desde la defensa y buscó fuera el gol. Hay buena base en la cantera, pero esos jugadores necesitan referentes en el campo, en una operación parecida a la de Subirats a principio de siglo, donde combinó veteranos ambiciosos con jóvenes promesas.

Alguien debe susurrarle a Lim que, con un buen equipo, el Valencia tendrá un precio más alto de venta.

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