Opinión
Lo triste es vender para sobrevivir y no para crecer
Vender jugadores es casi obligatorio para la mayoría de equipos y esto no es necesariamente sinónimo de debilitar la plantilla. En clubes con una buena estructura técnica, sin agujeros negros en la gestión y un conocimiento exhaustivo del mercado es, de hecho, la gasolina necesaria para crecer. Los casos de Sevilla o Borussia Dortmund son un buen ejemplo. En el caso valencianista no me importaría vender cada año a la estrella del equipo si viese esa capacidad de reinversión, pero es que en la entidad blanquinegra ni existe esa filosofía de trabajo ni la situación financiera acompaña. El Valencia CF, con unas cuentas que le sitúan cerca de la quiebra técnica, vende más bien para sobrevivir, medrando la calidad del plantel y alejándose de las posiciones que dan acceso a ingresos adicionales. Para alcanzar los cerca de 70 ‘kilos’ de beneficio neto que necesita ahora, el club está obligado a deshacerse de sus mejores piezas y tengo infinitas dudas de que sea capaz de rellenar semejante vacío.
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