Opinión

Mendes

Nunca sabremos qué porcentaje de participación tiene Mendes en Meriton, pero por encima de las acciones es el auténtico ejecutor de las decisiones futbolísticas de Lim

Mendes, en una de sus visitas a Mestalla

Mendes, en una de sus visitas a Mestalla / JM LOPEZ

Jorge Mendes es el principio y el fin de Meriton. El intermediario luso fue el ideólogo de la venta del Valencia. Ante el gran impulso de la cantera que estaban realizando los grandes equipos europeos y la elección del fútbol belga como primera destinación de los jóvenes jugadores africanos antes de recalar en la Premier, su negocio estaba en serio peligro. Así que buscó un club nodriza como escaparate para sus promesas y cambalanches. Lo intentó con algunos de menos caché que Mestalla, e incluso antes de la subasta del Valencia. 

La llegada de Amadeo Salvo con la convivencia de muchos que ahora callan, le abrió el cielo a Mendes. Enseguida caló a un presuntuoso personaje que le sirvió de comercial, y cuando el terreno estaba abonado buscó a Peter Lim. El resto es conocido.

Nunca sabremos qué porcentaje de participación tiene Mendes en Meriton, pero me inclino que por encima de las acciones es el auténtico ejecutor de todas las decisiones futbolísticas de la telaraña de Lim. 

El agente portugués ha estado siempre detrás de los fichajes de Meriton, incluso cuando estuvo Mateu Alemany. Mendes sabe el terreno que toca y también de fútbol, y por supuesto tiene todo el derecho a las plusvalías que genera el negocio. La factoría Mendes dispone de un catálogo de buenos jugadores y otros normales, como los que se crían en la Academia de Paterna.

La dependencia de un solo proveedor limita mucho la construcción de un proyecto competitivo. Para poner un ejemplo, es como entrar a un supermercado y encontrar todos los productos de la misma marca, pero con precios distintos. Además, eso produce un gran recelo entre el resto de representantes de futbolistas.

Los mejores agentes, la mayoría ha trabajado con el Valencia en anteriores etapas, saben que Mendes decide en Mestalla y que en algunas ocasiones incluso aprovecha las negociaciones para también atraer a promesas ajenas en sus redes. Eso es lo que hay.

La sociedad Mendes-Lim decide todo lo que pasa en el césped, pero en lo demás no dispone del poder absoluto. La finalización del nuevo estadio debe ser su obligación. Sin un compromiso firmado, las instituciones no pueden dejarse engañar otra vez.  La relación entre el club y el valencianismo está rota para siempre. Ese es el principal problema, y eso no lo arregla ni Mendes. 

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