Opinión

Libertad VCF

Es una vergüenza que mantengan la sanción a Gayà. Ni Tebas ni Rubiales se hubieran atrevido con otros jugadores

Gayà, en rueda de prensa

Gayà, en rueda de prensa / LOYOLA PEREZ DE VILLEGAS MUÑIZ

Esto es otro manifiesto contra el fútbol español. Contra LaLiga y la Federación, porque se puede organizar un campeonato moderno y a la vez respetar al aficionado, que al final es quien sustenta el negocio. La federación inglesa (FA, en inglés) ha decretado una normativa donde los aficionados son los que deben aprobar los cambios de colores y escudos. Según las nuevas reglas de una circular del 5 de agosto, si un club inglés pretende realizar un cambio en el escudo o los colores históricos debe consultar a sus aficionados.

Tal sufragio, como dicta la FA, se hará a través de una encuesta entre los abonados en curso, las sociedades benéficas con la que cuentan la mayoría de clubes ingleses y los aficionados que hayan asistido a un determinado número de partidos.

Si el club en cuestión no puede demostrar la aceptación mayoritaria de sus seguidores para los cambios, la FA ordenará la utilización de los modelos anteriores a los propuestos. Ojo al dato, porque los inventores del balompié tienen claro la importancia del abonado, que al final es el principal cliente. Prioridad absoluta al que se rasca el bolsillo, no al que más chilla, ni el que más presume en redes. La credibilidad y el derecho al voto es pasar por taquilla.

Es una vergüenza que Tebas y Rubiales mantengan la sanción a Gayà, y toda la razón le asiste al capitán del Valencia, porque ninguno de los dos se hubiera atrevido con otros, como sabemos. Pero todos los dirigentes de los clubes españoles actúan como súbditos de ambos, por los ingresos de los derechos audiovisuales y para tener arbitrajes normales. Por no hablar del desequilibrio entre los clubes, o la permisividad en todo a los de siempre. 

El campeonato ha empezado aquí y también en la Premier. Allá, pese a los petrodólares, hay hasta seis equipos favoritos que pueden ser campeones. Aquí, más de lo mismo, bipartidismo del malo, porque nadie se atreve a realizar una regulación efectiva y justa del fútbol. Por si no lo saben, se está tramitando en el Congreso de los Diputados la Ley del Deporte, donde la Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (FASFE) ha propuesto una enmienda para se incluya el derecho de veto de los abonados en los cambios de símbolos y que los nuevos estadios no estén a más de 20 kilómetros de distancia del actual ni que cambien de municipio.

Ahora que el valencianismo entiende por fin que la venta a Lim fue un timo, podría centrar esfuerzos para que las normativas inglesas puedan aplicarse aquí también. Y la única plataforma capaz de eso es Libertad VCF, que se reactiva mañana en Mestalla. Solo imaginar que los abonados tuvieran derecho a veto en las cuestiones sentimentales me vengo a arriba.

Del equipo y del insólito calendario con su locura de horarios, mejor callar y esperar. Solo nos queda cruzar los dedos de ambas manos.

Suscríbete para seguir leyendo