Opinión

Benditas excepciones

Lo que ha ocurrido con Soler o antes con Ferran es más normal que lo de Gayà y Hugo Guillamón

Ferran y Guillamón

Ferran y Guillamón

Los dos jugadores que el Valencia CF conserva en la absoluta son la excepción que confirma la regla. La renovación de Gayà, que finalmente tendrá un quinto año, está encarrilada, mientras que la de Guillamón es un hecho pendiente solo del anuncio después de que Lim la parase antes de la final de Copa. Negociaciones eternizadas durante largos meses y resueltas a menos de un año de que queden libres, encima con un Mundial a la vuelta de la esquina. Otra vez jugando con fuego aunque con la suerte de que esta vez nadie se ha quemado, ni el club ni los futbolistas.

Por eso son la excepción, porque la regla de los últimos veranos ha sido terminar pagando el peaje de llegar tarde y no atacar las renovaciones cuándo y cómo toca. Una consecuencia, ni más ni menos, que de la ausencia de una política deportiva definida, condicionada además por la obligación de hacer caja para cuadrar números. Ocurrió con Ferran Torres y se ha repetido ahora con Soler, quienes más allá de si las formas fueron mejores o peores han pasado de víctimas del sistema Meriton a verdugos. Otros dos canteranos en la selección española y malvendidos por debajo de su valor real que también coinciden, por cierto, en su deseo de volver algún día.

Testimonio

La entrevista exclusiva a Soler continúa dando que hablar. Un testimonio con el que no es obligatorio comulgar pero que es la pata que faltaba a la versión difundida desde el club con aquella oferta sobre la bocina cuando el pescado estaba vendido. Movimientos en todos los sentidos que eran para la galería y las relaciones públicas. Cargarle el muerto a la parte del jugador en exclusiva está fuera de lugar lloviendo como llueve sobre mojado.

La realidad era demasiado evidente tras un verano en el que quedó claro que lo que separaba a una parte y a la otra era la ausencia de una oportunidad de mercado. Con un caché fuera del alcance del actual Valencia, la única fórmula pasaba por un contrato muy largo y es ahí cuando todo se cae. Si hablar del proyecto a corto plazo es hacerlo por cedidos que volverán a sus clubes en junio, es ciencia ficción plantearse un futuro a muchos años.

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