Nafti, esto es el Levante

Los resultados, lleguen de una manera más o menos vistosa, son innegociables

Nafti, imagen de archivo

Nafti, imagen de archivo / Francisco Calabuig

Juanma Romero

Juanma Romero

El denominado por Piqué como el Mónaco de la liga española aguarda al Levante este fin de semana. Andorra aparece como un obstáculo a superar y al que toca superar sí o sí. Tres discretos empates lejos del Ciutat de València, unido al traspié local contra el Cartagena han dejado casi en lo más inhóspito de nuestras cabezas las victorias ante Tenerife y Villarreal B.

El Levante a día de hoy no está a la altura, ni de lejos, de lo que de él se espera. Compro que aún queda muchísimo por delante, pero el fútbol se mueve muchas veces por impulsos y sensaciones, y ahora mismo las que transmite la plantilla no son positivas.

Nafti sigue pidiendo paciencia, es lógico y está con ese papel, pero también es cierto que debe saber que esto es el Levante y que es innegociable el rendimiento inmediato y los resultados, lleguen de una manera más o menos vistosa. Nuestro ideal sería un juego bonito y goles, pero sobre todo sumar puntos. El equipo ahora mismo se encuentra asentado en una peligrosa tierra de nadie y viendo como su principal competencia va marcando el terreno.

Tiempo hay y de sobra pero alguna alerta se ha activado por el entrenador, que sigue sin dar con la fórmula del éxito. Los cambios de jugadores no han funcionado, el juego ofensivo sigue siendo excesivamente previsible y pastoso, y en la parcela defensiva, aún sin sufrir grandes sobresaltos, la contundencia inicial ha quedado en entredicho. 

El Levante no está exponiendo argumentos de superioridad en el terreno de juego pese a los nombres. Los rivales empiezan a ver a este bloque como un conglomerado de buenos futbolistas pero faltos de conexión y eso ha hecho que el nivel de respeto haya descendido. Nafti tiene una libreta de tareas muy grande por delante y pese a acumular siete jornadas parece que hayamos retrocedido a la pretemporada por momentos, un dato negativo que abre de par en par la puerta a la duda del proyecto y del banquillo.

Como ya ocurrió la pasada campaña, la afición vuelve a estar en un escalafón más alto que el equipo. El Levante ha estado arropado en cada uno de los desplazamientos que ha hecho porque quiere ilusionarse con los suyos y de momento el retorno es deficitario. Las miradas se centran en el gestor del grupo, Nafti, que pese a saber que esto no iba a ser como la campaña de Muñiz, en su fuero más recóndito veía al Levante más arriba y con mejor talante. Llegar al Ciutat contra el Racing sin haber ganado en Andorra crearé un clima de mucha tensión y excesivamente prematuro para las alturas de la temporada en la que nos encontramos.

Por otro lado, hoy arranca la Liga Endesa para el Valencia Basket en Sevilla y ante el Betis. Aunque muchos, entre los que me incluyo, cometemos el error de centrarnos en exceso en la Euroliga cuando el club forma parte de ella, la ACB nos descubre a veces que es un campeonato cada vez más fuerte y exigente en el que un día que estés algo dormido, desacertado o irrespetuoso con el rival, te cuesta una derrota. Con un arranque vertiginoso de dos partidos en menos de 48 horas, Álex Mumbrú hace su puesta de largo con el reto de llenar la mochila de triunfos.

Llegar el domingo ante el Joventut y en casa con una victoria sería el mejor prólogo a una tarde que aguarda emociones y lágrimas. La Fonteta aguarda en su techo el `17´ de Rafa Martínez. Tras anunciar su retirada hace unos meses, el eterno capitán taronja volverá a recibir la enésima muestra de cariño de su gente, la afición taronja. L'Alqueria, en su pista 3, grabará su nombre para siempre, y su espíritu de liderazgo, compromiso, esfuerzo y rendimiento perdurará para siempre en la historia del Valencia Basket. Aunque ya te lo han dicho muchas veces, gracias por tanto Rafa.

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