Opinión

Mucha tela que cortar

En la carta que firma Layhoon siguen faltando muchos de los compromisos para cumplir con la ciudad

Presentación de la candidatura del Mundial 2030.

Presentación de la candidatura del Mundial 2030. / RFEF

Una ciudad como València no solo tiene que ser sede del Mundial 2030 (si finalmente lo organizan España y Portugal) sino albergar una semifinal o como poco un partido de cuartos. Sin embargo, la candidatura presentada ayer sigue sin ser por sí misma una solución para el problema del Nou Mestalla. Por mucho que desde las instituciones insistan en recordárselos por activa y por pasiva y en algunas con más insistencia que en otras, con los compromisos a los que se obliga el Valencia CF en la carta firmada por la presidenta Layhoon y remitida a la RFEF no se alcanzan bastantes de los requisitos básicos de la ya extinguida ATE, entre ellos los de aforo y aparcamiento. Tampoco, por tanto, los del nuevo convenio que ahora pueda redactarse en el Ayuntamiento y a cuyas autorizaciones y licencias está sujeto, sin pillarse los dedos en ningún párrafo del escrito, el cumplimiento de «las condiciones mínimas para poder ser sede». Sin más. En un campo de 66.000 espectadores brutos, por cierto, si se quita el 15 por ciento quedan 56.100 y restándole el 10 se llega raspado a los 60.000, con lo cual tiene poco sentido que se siga sin garantizar de salida los 70.000 que son los que tocan. Aunque queda mucho todavía y hay tiempo de sobra para subsanar las deficiencias, las cuales tampoco encarecen el coste final en exceso puesto que las más costosas no alcanzan el millón de euros, el proyecto solamente cumple a día de hoy 61 de los 143 requisitos que exige la FIFA, tal y como se detalla en la documentación a la que SUPER ha tenido acceso y que es el negativo de la foto de una candidatura con casi todo aún por hacer y a la que sigue persiguiendo la sombra de los juzgados.

¡Fútbol!

Entre el parón de selecciones y que en los últimos días el foco ha estado en el Nou Mestalla, Gattuso vuelve a dar la cara ante los medios en vísperas de la visita del Espanyol. Será la primera vez que lo haga después de una cumbre en Singapur de la que ha trascendido entre poco y nada más allá de la luz verde a las renovaciones. Hay ganas de escuchar al entrenador y de resetear después de dos semanas muy largas.

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