Opinión

Cuestión de prioridades

Que los buenos se queden es una gran noticia. Aún más cuando son de la casa. Y mejor si es para no venderlos

Guillamón, una imagen de archivo

Guillamón, una imagen de archivo / JM Lopez

Porque Hugo ha tenido siempre clara su prioridad y esta no ha sido la primera vez que quedándose sin contrato desoía otras ofertas. Pero la genialidad de Lim de cargarse el acuerdo antes de la final de Copa le podría haber salido todavía más cara al Valencia CF, que acaba de renovar a un futbolista que a diferencia de entonces es internacional con todas las de la ley y va camino de ser más fijo con Gattuso de lo que fue con su mentor Bordalás.

Que los buenos se queden es una gran noticia. Aún más si son de la casa, que es el caso, y si no es para venderlos al mejor postor ni a las primeras de cambio. Tras haber aprendido a la fuerza y en soledad a ser pivote, y sin entrar en porqué Rino no lo ve de central cuando no hay ninguno con su salida de pelota, la continuidad de Guillamón es la de uno de los mejores de su generación.

Alguien llamado a ser, junto a Gayà y ahora que ya es historia Soler, una de los murciélagos del escudo. Es importante y está bien, después de haber apurado tanto, no continuar haciéndolo. Todavía está mejor que en los próximos días vaya a ser el turno, entre otros, del capitán. Y sería lo ideal si además de renovar se hablase de fichar, de levantar un proyecto deportivo con recorrido y de estar a la altura.

¿Y el estadio?

Acabó septiembre y ahí sigue el esqueleto del Nou Mestalla, sin que las obras se reanuden y con la única diferencia del efecto placebo del Mundial de 2030. Nada, absolutamente nada ha cambiado con la presentación de una candidatura con el toque surrealista de hacerlo sin estadio y con dudas más que razonables, con la amenaza latente de los juzgados, de que el problema vaya a resolverse en breve. Con independencia de la foto, en la cual por cierto falta gente, es más de lo mismo. Lim no los pone ni va hacerlo. Y en las instituciones aprietan (unas más que otras) pero no ahogan.

Mal rollo

La visita de Quico a Buñol para reforzar a Nafti recuerda a lo que recuerda y suena a desenlace si el rumbo no se endereza pronto. El proyecto colgando de un hilo a las ocho jornadas y los focos alumbrando no solamente al entrenador.

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