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Un Valencia entre fantasmas

A este equipo se le van acumulando los fantasmas según va avanzando la temporada y no resuelve ninguno de los problemas

Una imagen del Valencia - Barcelona LALIGA

Han pasado varios días y aún me dura el mosqueo por la derrota contra el FC Barcelona en Mestalla en el último suspiro. No quiero ver ningún resumen en TV más allá de lo que vivimos en Mestalla, en una noche que pudo ser mágica pero que fue terrorífica en muchos sentidos. Porque el Valencia CF está como la serie esa que hacían allá por 2006 de Jennifer Love Hewitt llamada “Entre fantasmas”. 

En esa serie cada semana se le aparecía un fantasma nuevo o incluso varios a la vez a la protagonista para presentarle problemas y ella intentaba resolverlos. No siempre lo conseguía y a veces la cosa iba a peor. Pues es un poco lo de este Valencia CF, que se le van acumulando los fantasmas según va avanzando la temporada y no resuelve ninguno de los problemas.

Porque son muchos los fantasmas que vuelven del pasado para asustarnos. El primero es el que se refiere a los números. El Valencia CF ha sido incapaz de sumar victoria alguna en los últimos cuatro partidos de liga habiendo jugado tres de ellos en un Mestalla que era una olla a presión. Palmando puntos contra Elche y Real Mallorca sobre todo, son números terroríficos, ya que el equipo se planta a dos fechas para el parón con un 2 de 12 o, lo que es lo mismo, 15 de 36. Si bien es cierto que le ponen ganas, actitud y han corregido aquello de afrontar las segundas partes con más intensidad, la realidad es que sigue faltando lo más importante: ganar partidos.

Precisamente otra de las cuestiones terroríficas es el discurso en sala de prensa con el objetivo. De una alocución optimista y ganadora, pasamos a una de cautela con los 40 puntos e incluso solo de revalorizar jugadores y definir un estilo. Me preocupa y da miedo, por mucho que la realidad sea quitar presión a la plantilla o dotar de normalidad al asunto. Gattuso afirmaba que “la camiseta pesa” y eso me atemoriza mucho sobre todo si no se gana.

Precisamente el ganar o no depende de detalles que el equipo debe pulir. Si bien es cierto que la segunda parte del Valencia CF fue mejor que la primera, me sigue faltando oficio. Una experiencia que se fue al traste con la baja de Cavani -que parece ser solo un susto lo suyo- y una destreza que se necesita con urgencia en una defensa que carece de esta condición, únicamente salvada por el buen momento de Gayà y el crecimiento de Cömert. 

De horror estuvo el VAR. Para mí, es expulsión a Marcos Alonso sin lugar a dudas. El futbolista se desentiende de la pelota, llega tarde y se carga a Marcos André siendo el último. Con uno menos igual la película habría sido otra, con un final feliz y no de terror.

Una aparición que no entiendo tampoco es la Ferran Torres el sábado pasado en Mestalla. Me sorprendió para mal la actitud que tuvo durante el partido dentro y fuera del campo con la grada. No me la esperaba. No solo con la celebración del gol, donde hay formas y formas, sino por no aguantar como un profesional la presión de una grada que sabía que le iba a apretar. Debió fijarse en lo que hizo Kang In Lee la semana pasada, donde demostró más clase que él con y sin balón. Desde luego, si el de Foios -valenciano y canterano valencianista- pretendía regresar en un futuro al Valencia CF -tal y como ha afirmado en alguna ocasión-, lo va a tener complicado a ojos de la afición.

Pero para fantasma Joan Laporta, apareciendo de la nada en medio del homenaje a Villa para darle una camiseta del FC Barcelona. ¿A quién del club valencianista se le ocurrió la brillante idea de darles ese espacio para torpedear un momento tan bonito? Estás en el corazón de Mestalla, viviendo un instante único con tu gente y le cedes tu espacio sagrado a Laporta para que lo haga suyo. Increíble. Después ellos publican en su cuenta oficial: “Uno de los nuestros” y no hacen ni referencia al Valencia CF. Para mí, un grave error del club valencianista que afea lo que era un bonito acto institucional. Sobre todo cuando lo retransmites también en tus medios oficiales y la sensación que da es que les pusimos la alfombra roja para hacerlo. Hemos esperado varios años este día como para tener que compartir protagonismo con gente que ni lo ha valorado, ni lo ha merecido. No era el lugar, ni el momento. Una cosa es fair play y otra que les permitamos adueñarse -una vez más- de lo nuestro… no aprendemos. 

Pero bueno, no me quiero calentar más, porque en Valencia para hablar de fantasmas no hace falta que estemos en Halloween, solo hay que ver cómo está el tema social, económico o del estadio para cagarse de miedo. 

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