Escamilla

Cuando el deporte femenino era un desierto, Dolores Escamilla ya estaba con el pico y la pala

Dolores Escamilla, en su casa en el Camino Viejo de Godella

Dolores Escamilla, en su casa en el Camino Viejo de Godella / Miguel Ángel Montesinos

Joan Carles Martí

Joan Carles Martí

Cuando el deporte femenino era un desierto, Dolores Escamilla ya estaba con el pico y la pala. En baloncesto y fútbol. Aquel Dorna Godella hizo historia en Europa y trajo al mítico Miki Vukovic, que luego se coronó como leyenda en el Valencia Basket. Ahora las herederas de aquello juegan la Euroliga en la Fonteta y pronto en el majestuoso Arena que construye Juan Roig. Sin memoria no somos nada, y Lola, que nos dejó ayer, tuvo sus merecidos reconocimientos en vida, pero tras su fallecimiento su figura se agranda.

Desde aquel patio del Sagrado Corazón de Godella que veía desde su casa al moderno pabellón que se levanta en la Fonteta, hay un recorrido vital de una mujer valiente y con valores. El mismo que de aquel equipo femenino del Levante UD de Nazaret al Mestalla de hoy. El derbi de esta tarde en el centenario campo del Valencia debe comenzar con un cariñoso reconocimiento a la mujer que más ha hecho por el deporte femenino valenciano

Estas grandes pérdidas provocan un necesario respiro, donde la reflexión te lleva a dejar fuera lo innecesario, para centrarse en lo importante. Que se lo digan a José Luis Gayà, el gran capitán que se ha quedado sin Mundial por ese maldito esguince lateral de bajo grado en el tobillo derecho que sufrió en el entrenamiento previo al amistoso ante Jordania.

Así que solo queda Guillamón como representante valencianista en Catar, que no sabemos cuántos minutos jugará del central, supongo que en función de como vayan las rondas de clasificación. Este Mundial de otoño se me va a hacer muy raro. No solo porque parece que llega con los primeros fríos, sino porque visualiza a lo bestia como el fútbol ha sucumbido al negocio, y como los más ricos intentan sobornar con petrodólares los sentimientos.

De eso algo sabemos desde qué llegó Peter Lim a nuestras vidas. Constatado en las cifras que presenta, donde se ha convertido en el más poderoso accionista de la historia del club, y al mismo tiempo de equipo más endeudado en su más que centenaria vida. Está claro que la venta a Lim no fue la transacción más importante del mundo del fútbol, como se dijo, y todavía no se ha pedido perdón. Afortunadamente, el tiempo siempre pone en su sitio a la gente, y yo me quedo con el compromiso, la fuerza y la honestidad de Lola Escamilla.

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