A punto de pasar

Esto sigue, queda mucho y estoy seguro de que nos redimiremos ante la selección nipona

Gnabry pone a prueba a Unai Simón

Gnabry pone a prueba a Unai Simón / EFE

Dani Meroño

Dani Meroño

Ha estado a punto de pasar absolutamente de todo. Desde una victoria de España a una dolorosa derrota pero, finalmente la contienda acabó en empate. La Roja se quedó a un paso de certificar matemáticamente su pase a octavos, eliminar a una Alemania que, a pesar de coger aire con el empate, aún lo tiene complicado. Pero no puedo quitarme la sensación de rabia y descontento que tengo escribiendo estas líneas tras la finalización del partido. Se pudo ganar, pero también perder.

Porque para mí España fue superior al combinado germano en líneas generales pero no en todo el encuentro. Si bien es cierto que Alemania gozó de ocasiones aisladas durante el partido e incluso un gol anulado, para mí, La Roja fue quien intentó jugar a fútbol contra una Alemania que tiene mucha calidad y oficio pero poco orden para lo que nos tenía acostumbrados. Precisamente ese oficio que tanto demandamos es lo que se debe trabajar de aquí en adelante y, como ya sabemos, no siempre gana el que quiere jugar la pelota.

Porque la Selección gozó de oportunidades para cerrar el partido y, en esta Copa del Mundo, hay que matar o te matan. Le pasó a la misma Alemania contra Japón, a Argentina contra Arabia Saudí o a Bélgica contra Marruecos. A este joven equipo, le acabó pudiendo la presión en el último tramo de encuentro con una Alemania venida hacia arriba con todo lo que eso conllevaba. 

Y es que ese marcaje casi al hombre, con esa presión tras pérdida y con un repliegue tan intensivo como agresivo, Alemania dejaba pocos espacios en el primer tiempo y asfixiaba una salida de balón de la que únicamente salió bien parado Pedri en contadas ocasiones. Algo que me preocupa casi más que el resultado, ya que puede significar mostrarle el camino al resto de selecciones para anular el juego español y frustrar el modus operandi de la selección. Aunque no todas san Alemania, sí todas tienen jugadores físicos.

Tampoco me terminaron de gustar los cambios, enfocados más a una gestión de esfuerzos que a una mejoría táctica. No aportaron lo que esperábamos y Balde pudo hacer más en la jugada del gol. De esta manera, otra de las cosas que tiene que mejorar la Selección –además de los errores en la salida de balón con los pies de Unai Simón- son las prestaciones físicas en el último tramo de encuentro. Ya no solo por la entrada de Leroy Sané, que le dio un ritmo diferente al duelo, sino por cómo ganaban en los últimos minutos todos los duelos individuales.

Pero de todo esto hay que aprender. Ahora es momento de que arropemos a este equipo. Que confiemos y ayudemos a este grupo a seguir con el sueño de añadir una estrella más al escudo. Seguramente saldrán los mismos de siempre a ladrar las cosas que ya sabemos, pero eso es ruido para nosotros y música para los oídos de Luis Enrique. Un técnico que sabe lo que hace y estoy seguro de que sabrá mejorar de cara al próximo encuentro.

Yo no me bajo. Porque nos ha empatado Alemania, que no es cualquier cosa, y le clavamos 7 a Costa Rica, que ayer ganó a Japón y algunos la pintaban como una banda. Esto sigue, queda mucho y estoy seguro de que el próximo jueves nos redimiremos ante la selección nipona. Porque, pese a todo, esta Selección está a punto de pasar.

Suscríbete para seguir leyendo