Morata y el relato: ni tanto, ni tan poco

La pasada Eurocopa, siendo objeto de críticas e insultos, Morata fue callando poco a poco bocas

Álvaro Morata celebra su gol a Alemania

Álvaro Morata celebra su gol a Alemania / Juanjo Martin

Pablo Leiva

Pablo Leiva

Con Morata el gran problema es desde dónde se parte para valorar al futbolista. Desde el precio y el dinero que ha movido en su carrera -más de lo que vale- o desde la figura de un 9 con números más que aceptables y con la sensación de tener más idea de fútbol que muchos otros con más gol. La realidad es que muchos se empeñan en crear un ‘meme’ alrededor del futbolista, que ha marcado dos goles en dos partidos y que demuestra que su rol a esta España le sienta de maravilla. No es un delantero ‘top’, porque no lo es, pero es mejor que el discurso populista que le coloca la etiqueta de ‘jugador mediocre’. Porque la pasada Eurocopa, siendo objeto de críticas e insultos, Morata fue callando poco a poco bocas. Contra Italia sin embargo se topó con su realidad. Marcó el gol que forzaba la prórroga y cuando más cara de héroe tenía falló el penalti en la tanda. Espero, y deseo, que en esta gran cita solo se vista de lo primero. Se lo merece.

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