Más allá del estadio

Los que niegan la persecución que sufrió Gayà cada vez lo tienen más complicado para justificarlo

La Cerámica

La Cerámica / VCF

Rafa Marín

Rafa Marín

Primero fue el Ciutat y hoy es La Cerámica. Dos estadios que han cambiado de piel mientras que los huesos del nuevo Mestalla están a la intemperie y son los del viejo y ya centenario los que siguen al pie del cañón. Cuando no un pito ha sido una flauta y el año termina como empezó, sin que aún se vislusmbre cómo ni cuándo se retomarán las obras. Faltaba que el Valencia fuese el primer rival que pisa el remodelado recinto groguet para que las comparaciones sean más odiosas.

El Villarreal de Fernando Roig ha sido capaz en seis meses de hacer lo que aquí no se ha podido en 15 años. Y habrá que cruzar los dedos, pese al riesgo de pillárselos, para que no pase de 2023. De momento todo continúa igual y hasta las dudas son las mismas, especialmente viendo cómo los presupuestos se disparan por la subida de los precios (de 35 a 50 millones de euros). Y que cada día todo es aún más caro. La foto de Layhoon con Ximo Puig en el palco tendrá valor, aunque no más que el contenido de lo que puedan hablar.

Rivalidad

La noticia de la víspera está en el estadio pero a partir de las 16:15 nadie mirará lejos del terreno de juego. Más allá de las diferencias entre clubes, es en la parcela deportiva donde más impacta el contraste actual con la foto de hace unos años. Y eso que el partido se viene reñido. Setién se salvó por los pelos antes del parón mundialista por la ausencia de un relevo mientras que Gattuso tiene la suerte de que su magnetismo y saber hacer lo protegen de que los resultados estén siendo peores que las sensaciones. Tanto el Villarreal como el Valencia continúan por arrancar y no es raro que los dos se lancen al mercado. Otra cosa son las posibilidades y los movimientos que terminen haciendo.

Escándalo

Por si no hubiese sido más que suficiente con lo de Ancelotti, el indulto cautelar en la justicia ordinaria a los tres partidos de sanción a Lewandowski vuelve a reabrir la herida todavía abierta y sangrando de Gayà. Los que sostienen que no hubo persecución contra el Valencia y su capitán cada vez lo tienen más difícil para justificarlo. No hay derecho.

Suscríbete para seguir leyendo