Se puede y se debe

Los problemas de Gattuso son los mismos que los que tenían sus antecesores. Pero su código de lealtad es otro

Foto de equipo antes de los penaltis en el Real Madrid-Valencia

Foto de equipo antes de los penaltis en el Real Madrid-Valencia / Pablo García/RFEF

Rafa Marín

Rafa Marín

Después de haber demostrado contra el Real Madrid que se puede, el Valencia debe mantener las mismas constantes en LaLiga y la Copa. Es el camino para ahuyentar fantasmas, despegarse de la tierra de nadie y volver a probar suerte en la competición del KO. Las mejores sensaciones del equipo y las posibilidades tácticas que introdujo Gattuso han tenido como consecuencia inmediata un subidón de autoestima. Falta hacía.

Del estado depresivo posterior al Cádiz se ha pasado a uno de alerta y de cruzar los dedos para que lo visto en Arabia no sea flor de un día. Ahora el técnico, cuyo rostro en la víspera demostraba preocupación máxima, tiene que darle continuidad a los cambios. Y el club está obligado a satisfacerle en la medida de lo posible con los fichajes que viene reclamando. No queda otra, tal y como está montado este proyecto, que insistir en Rino, un entrenador al que afectan los mismos problemas que a sus antecesores pero que a diferencia de ellos no está cargándose el código de lealtad.

Revalorizados

El Valencia ha salido reforzado como equipo pero a nivel individual hay futbolistas que también lo han hecho y de manera especial. Aunque no marcó, la versión de Cavani fue una de las mejores como valencianista. Lo mismo que Almeida, una apuesta con sentido si continúa con la evolución que se le adivina. Pero sobre todo, si hubo alguien que se revalorizó en Arabia, ese fue Lato. Que se haya llegado a la situación actual con un futbolista de la cantera habla de las carencias de la gestión deportiva. Más allá de las lanzas que el técnico continúa rompiendo, no tiene sentido que un futbolista como él termine saltando por la borda.

Vergüenza

Los insultos contra la granota Mayra Ramírez son una lacra contra la que hay que seguir luchando con determinación y algo más que multas. Es momento para que los comités y las autoridades competentes, tal y como exige en su comunicado el Levante UD, den ejemplo. Igual que en la élite masculina se pone el foco en los mediáticos, en el fútbol femenino también hay que cortar de raíz con la xenofobia. 

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