Las consecuencias de ir tarde en el mercado
El Valencia se marchó al parón por el Mundial con una serie de necesidades claras que se acentuaron con las lesiones y la mala imagen ofrecida contra el Cádiz, pero la realidad es que ya sabía qué perfiles debía fichar. Y aún así se ha plantado en día 25 sin una sola incorporación. La tardanza es inadmisible y tiene consecuencias. Ya hace tiempo que Gattuso pidió un interior con energía y mordiente para reforzar su propuesta.
En otras palabras, que a su estilo de juego y por extensión a su trivote en el centro del campo le diera para competir los 90 minutos. Ese perfil debía haber estado el uno de enero en Paterna, pero la mala imagen del equipo llevó al entrenador a alinear un 4-4-2 con el que no se identifica y que aunque dio resultado de forma coyuntural contra el Madrid, no era un antídoto futbolístico a los problemas del equipo. Ahora está por ver si finalmente le fichan a ese jugador y si tiene capacidad para convencer a su plantilla de trabajar en su versión inicial o si está condenado a seguir dando bandazos tácticos hasta dar con la famosa ‘tecla’.
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