Un delantero como guinda

Es un lujo contar con un jugador que llegó para marcar goles y que no se ha estrenado

Wesley celebra su único gol de la temporada contra el Getafe

Wesley celebra su único gol de la temporada contra el Getafe / EFE

Juanma Romero

Juanma Romero

Al contrario que en otros años, el mercado invernal apura sus últimos días con calma en el Levante UD. La marcha firme del equipo y el hecho de que Calleja confíe plenamente en lo que tiene, como además ratifica de manera pública, ha provocado que el único movimiento registrado haya sido el de Franquesa hacia el Leganés. Un movimiento que parece será el único reseñable. No hay que obviar el trabajo de planificación con la ampliación a Pablo Martínez, importante para asentar una medular de presente y de futuro ya que junto a Pepelu, y esperemos que con la de Iborra, consecuencia de haber consumado el ascenso, el Levante dispondrá de un centro del campo solvente.

Volviendo al mercadeo y aunque el nivel de la plantilla está fuera de toda duda, por poner un pero, reincido en la falta de colmillo en ataque. La productividad granota se está sustentando en la colectividad y con un referente como Bouldini que pese a los cinco goles anotados, no le vale para ser indiscutible. El goteo de tantos con Campaña, Cantero, Montiel, De Frutos o Soldado entre otros muestra sin tapujos la nula aportación efectiva de Wesley. No seré yo quien cuestione el trabajo del brasileño. Su labor de desgaste, de jugar para el compañero, de mantener bien el balón, son positivas, pero al final un ariete llega para marcar goles y Wesley presenta un bagaje de un tanto (y en Copa). Aunque frente al Getafe se vio su versión más desmelenada y podíamos pensar que estaba ante su punto de inflexión, la realidad es que su sequía sigue inalterable y es lógico que nos genere dudas por mucho que se enfatice su labor. Es una lástima, porque estoy convencido de que el futbolista quiere y desea marcar y que precisamente ante el Getafe se quitó un peso de encima, pero el riesgo asumido con él confirma que se podía dar lo que ahora mismo todos vemos, que es un delantero sin gol, un lujo excesivo para un bloque que quiere subir a la Primera División y que afortunadamente no se resiente en exceso por la guardia de apoyo que existe en la plantilla y que ha subsanado el tener a un ariete sin gol.

Con todo esto, si hubiera podido formular un deseo al genio de la lámpara, hubiera pedido de refuerzo un delantero más solvente o con una trayectoria que así lo avalara. Es quizás la guinda que le falta al pastel, ese punto que le daría al Levante otro toque más para ser algo mejor que el resto y aumentar sus opciones de éxito. Los refuerzos de los rivales se miran de reojo, pero pese a ello, las opciones siguen intactas, el cuadro granota sigue siendo mejor que el resto por encima de esta vicisitud, pero puestos a pedir…

No hay que obviar tampoco que la situación económica marca y de qué manera la opción de poder acudir al mercado. La apuesta arriesgada y ambiciosa de verano por no vender a jugadores que hubieran dejado un pellizco reseñable en la caja dejó casi sin margen de maniobra al club para reforzar de manera puntual a la plantilla, un escenario que ahora sigue vigente.

Para acabar recupero el nombre de Iborra. Tras la esperpéntica sanción después del choque de Copa contra el Getafe y en el que todas las fuerzas de los comités se encarnizaron con el centrocampista valenciano, Calleja volverá a contar con él para el partido del domingo contra el Burgos. Tras el sufrido punto de Butarque, la vuelta de Iborra es clave para mantener el fuerte ritmo que imponen Las Palmas y Éibar, sin olvidar el empuje de los que vienen por detrás. Clave ganar, y si marca Wesley, velada redonda.

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