Un domingo de vendetta

La solvencia de este bloque está fuera de toda duda. A muerte con todos los futbolistas

Pablo Martínez, con el Levante

Pablo Martínez, con el Levante / JM López

Juanma Romero

Juanma Romero

La inquebrantable racha de jornadas sin perder vuelve a tener un difícil reto es domingo en Cartagena. No es que porque el Levante sea inferior a su rival ni mucho menos, pero sí por las muchas connotaciones que envuelve el duelo en tierras departamentales. Y es que el partido aguarda en lo recóndito de su esencia un legado de revancha deportiva por parte ambas escuadras. Me aferro al precedente más cercano, el de esta temporada cuando el cuadro dirigido en aquel momento dirigido por Nafti inició su particular cuesta abajo tras encajar la primera derrota de la temporada ante el Cartagena en el Ciutat con el factor añadido de que fue un ex, Sadiku, el ejecutor. Aquel choque además actualizó una rivalidad que llega de lejos, concretamente desde la campaña 2009-10, y en la que la parroquia granota se vio obligada a tragar con amargor el traspié de los suyos.

Los tiempos actuales son distintos. El Levante llega firme, irreductible, henchido de confianza y con la palabra ascenso serigrafiada en la cabeza y en el corazón. Consciente de que habrá que sufrir, los 16 encuentros seguidos sin dejar de poner puntos en el casillero contrastan ahora mismo con las dudas de un Cartagena que ha concatenado 7 choques en los que la victoria no ha estado de su lado y en donde su técnico está cuestionado. Un bloque que ahora mismo parece estar en otro metaverso de aquel que salió como líder del Ciutat allá por el mes de septiembre.

Eso sí, Cartagonova no olvida. Mayo de 2010 encumbró uno de los partidos más lúcidos del Levante lejos de su territorio. Aquel 3-5 ante un equipo dirigido en aquel momento por Juan Ignacio Martínez impulsó al plantel granota hacia la Primera División y marcó la decadencia de los murcianos, que transitaron en una senda depresiva y que todavía escuece. Desde aquí mi ánimo a esos seguidores que estarán desplazados hasta Cartagena el domingo porque les espera un ambiente duro. El propio club local va a poner en marcha un nuevo proceso de animación que quiere caldear algo más el ambiente. Será casual o no, pero la realidad es que el Levante va a ser el primero en `saborear´ el nuevo sentir de la grada. Esperemos que reine la cordura y que esa rivalidad y `vendetta´ se quede en lo deportivo y no trascienda más allá. Por los nuestros, estoy convencido que va a ser así, confío y espero que también sea mutuo desde la otra parte.

Llegar con los tres puntos en la mochila volverá a imprimir otro punto positivo al despegue. El fuerte ritmo que marcan los de arriba no concede casi respiros. Las Palmas ahora mismo es junto al Levante el equipo que más suficiencia está demostrando, pero aún queda mucho por jugar.

Por cierto, el mercado se cerró sin más movimientos que la salida hace algunas semanas de Franquesa. Muchos han mirado de reojo a jugadores como Loren, Villalibre o Weissman que han llegado en esta rendija que permite el mercado a mitad de temporada para reforzar a los rivales más directos. En Orriols ha habido tranquilidad y confianza. Los deberes se hicieron en verano y aunque algunos hubiéramos apostado por alguna cara nueva, la solvencia de este bloque está fuera de toda duda. A muerte con ellos.

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