En caída libre

Es una de las peores semanas que recuerdo como valencianista

Protesta contra Meriton y Peter Lim ante las oficinas del Valencia CF tras la salida de Gatusso

Protesta contra Meriton y Peter Lim ante las oficinas del Valencia CF tras la salida de Gatusso / German Caballero

Dani Meroño

Dani Meroño

Dramático, preocupante, terrorífico...pocos son los adjetivos para definir a un equipo que va de mal en peor. Porque el partido del Valencia CF en Girona fue un despropósito en el que se vieron las carencias de un equipo que va en caída libre, que no tiene visos de recuperarse y al que se le ven las costuras por todos los lados. Desde un entrenador superado por la situación, pasando por futbolistas sin alma que se arrastran por el campo esperando que el rival haga un peor partido y acabando por unos dirigentes que no están al nivel que este club merece. 

Y es que esta semana ha sido de las peores que recuerdo en los últimos años como valencianista. Debacle en Valladolid, espantada de Gattuso, rueda de prensa bochornosa y dos partidos desastrosos más para la colección. Para más inri, se ha demostrado que Voro no está para llevar al equipo a estas alturas de temporada. Buena prueba de ello son unas sonrojantes declaraciones del propio Voro -más para la propiedad que para el propio técnico- donde dice claramente «yo no puedo hacer más». ¿No puede hacer más? ¡Si no ha hecho nada! Ni él ni los futbolistas que han salido a jugar estos últimos partidos. Si esto es lo máximo que pueden hacer, esto huele a Segunda División. 

Por ello hay que tomar medidas de carácter urgente. Firmar un entrenador debe ser la prioridad para salvar a un equipo que se va de cabeza al descenso. Un técnico que pueda sacarles un mínimo partido a una plantilla descompensada, descompuesta y sin equilibrio. Futbolistas a los que les tiemblan las piernas, que se ven superados por la situación o que, directamente, van caminando por el terreno de juego con la que nos está cayendo no pueden seguir liderando esto. El Girona fue amo y señor del encuentro y solo la actuación bajo palos de Mamardashvili evitó que la derrota fuera mayor. Ya no hay tiempo para excusas, ni historias. Hay que apretar los dientes y luchar por no cagarla más.

¿Y Corona? Pues sigue sin dimitir. Contento con su trabajo que según él «no es ninguna mentira». Da igual lo bochornosa que sea la imagen del equipo o las carencias que demuestre en todas las líneas salvo la portería en cada partido porque «no cojeamos en ninguna posición» tal y como él mismo dijo durante el parón mundialista. Y se reafirma en ello, buena prueba fue la rueda de prensa del otro día donde volvió a reiterar esa afirmación y evidenciar que este club es un sainete. Un teatrillo del tres al cuarto donde se ríen de todos los estamentos y en el que estamos en la primera semana de febrero y solo nos queda pelear por el único objetivo que no queríamos: la permanencia. 

Porque la realidad viene asomando desde hace tiempo, solo que ni Corona ni los otros dirigentes del Valencia han querido verla. Por ello, el 11 de febrero hay que hacerse oír de la forma que cada uno sepa o pueda para que, al menos, se den cuenta que estamos cansados de ellos y que, con carácter urgente, contraten un entrenador que sepa manejar al equipo en estas lides. Un técnico que sepa de qué va lo de estar en el fango y que apriete las tuercas a una plantilla en la que se salvan pocos. 

Por supuesto, el siguiente objetivo una vez salvado el equipo debe ser hacerles ver -una vez más- que el tiempo de Meriton en el Valencia CF se acabó hace mucho tiempo. Que estamos cansados de que nos engañen y que queremos que arreglen el empastre que han dejado y se marchen de una vez. 

Así que Corona y compañía, si estáis leyendo esto, que sepáis que hoy mejor que mañana deberíais buscar ya los famosos «cuatro síes» para firmar un entrenador con garantías en esta complicada situación y luego marcharos por donde habéis venido. Porque este equipo, por desgracia, está en caída libre.

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