El primer paso pasa solucionar un problema es admitirlo. Y Meriton no entiende de eso. Hacer autocrítica no les sale. Les resulta antinatural. «Bajo ningún concepto el descenso está en nuestra cabeza», decía Layhoon en su comparencia vacía del 1 de febrero.
Solo una semana después, Voro dice alto y claro que «el objetivo es evitar el descenso» y que «eso son palabras mayores». Meriton siempre ha vivido de espaldas a la realidad. Sin escuchar a sus entrenadores y sin respetar a sus aficionados. Somos el único club del mundo que al mismo tiempo que refuerza un cuerpo técnico (el de Voro) busca otro entrenador.
Meriton ha demostrado que no tiene soluciones. Al revés. Su gestión autodestructiva ha condenado a muerte al club. Y si el equipo no desciende esta temporada, lo hará la siguiente. O la otra. El 11-F es oxígeno para el club. Y llega a tiempo. El valencianismo no está dispuesto a quedarse con los brazos cruzados viendo caer a su equipo.
Hoy lo demostrará a los ojos del mundo. Hoy es día para hablar con el corazón. Por nuestros abuelos. Por nuestros hijos. 103 años de vida son muchos como para rendirse.