Mala pinta

El club es un desastre, el equipo no responde y el tiempo se agota

Lato e Ilaix, decepcionados tras la derrota

Lato e Ilaix, decepcionados tras la derrota / JM López

Dani Meroño

Dani Meroño

Mala pinta. Esa es, quizás, una de las frases que más se repiten en mi día a día últimamente cuando hablo del Valencia CF con alguien. Da igual que sea un programa, hablando con amigos -sean o no valencianistas- o directamente cuando veo cómo les va a otros equipos comparados con el nuestro. Primero porque los futbolistas no responden ni dentro ni fuera del campo, el club es un auténtico desastre y los resultados siguen sin llegar con un tiempo que se agota.

Hablando de tiempo, no voy a entrar en el debate de cuándo hay que entrar a Mestalla. Primero porque es una decisión muy personal y respeto cualquier postura; y segundo porque entren en el 1’, en el 19’ o directamente no entren, todos coincidimos en que se han superado ampliamente todos los límites. El sábado la afición fue la única que volvió a ganar su propio partido y a hacer una protesta ejemplar - haciéndose oír y sin ningún altercado- que va más allá del mal resultado.

Pero es que, con respecto a los resultados, hay quien no entiende que las protestas no son solo por los malos resultados deportivos -que también- sino es por todo lo que hay alrededor de este club tan opaco, desestructurado y poco empático con el aficionado de a pie. El maltrato es continuo con decisiones extravagantes, incomprensibles y fuera de todo lugar. Ya no hablamos de lo deportivo o económico solo, sino de lo social. Lo que afecta directamente al sentimiento.

Buena prueba de ello es un gesto feo y horrible que se produjo el sábado que, por mucho que lo quieran pintar de protocolo de seguridad, para mí es evitable: lo de meter a los jugadores por detrás de Mestalla. ¿Qué barbaridad es esta? ¿Quién es el iluminado que pensó que había que proteger a los jugadores de su afición? Increíble e indecente.

La afición quería protestar, pero también apoyar de cerca a un equipo que lo necesita haciendo un recibimiento en condiciones. Algo que no pudo hacer porque, pese a que se instauró el ya lamentable cordón de seguridad de cada fin de semana, el club decidió «por seguridad» meter a los jugadores por la puerta trasera del campo. ¿Es esto normal? Para mí no. Como tampoco la de prohibir la grabación de cualquier imagen desde el balcón de Mestalla en la avenida Suecia. Roza lo escandaloso cuando no solo prohibieron a periodistas -que están realizando lo más dignamente su trabajo-, sino cuando tampoco dejaban a abonados o a gente que había pagado religiosamente su localidad.

Pero esto es el día a día. De la misma forma que cobren al abonado por un partido amistoso contra el Nottingham para hacer caja o no hagan público nunca un plan de viaje en el que somos los periodistas los que tenemos que ingeniárnoslas para informar de los vuelos o el hotel del equipo porque el Valencia CF -no sé muy bien por qué-no dice ni mu. Para más inri, luego pasa lo de Girona, que llegan al hotel y no saludan a los nanos allí congregados. Terrible. ¿Por qué no cuidan al aficionado?

Un aficionado que tiene que aguantar como el equipo se hunde en el descenso, sin tener claro quién va a ser el entrenador y con una plantilla cada vez con más carencias. Por cierto, hablando de carencias… ¿Sabemos algo de Corona? ¿Sigue felizmente de viaje? ¿Tiene pensado volver? Es que ya no sé qué más decir de lo deportivo… bueno sí: mala pinta.

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