EL PATALEO

Messi y Mbappe, ¿ahora qué?

El PSG, con el objetivo de ganar la Champions, ha llenado su vestuario de estrellas, formando el tridente de ensueño con Messi, Mbappé y Neymar, pero así no se consiguen los éxitos

Leo Messi y Kylian Mbappé celebran un gol con el PSG.

Leo Messi y Kylian Mbappé celebran un gol con el PSG. / SUSANA VERA / REUTERS

Josep Pedrerol

Josep Pedrerol

El club del dinero sin límite de Qatar, el de los futbolistas bañados en millones, el del tridente de ensueño formado por Messi, Mbappe y Neymar…El de la frase “hay que ganar la Champions como sea” y termina en fracaso año tras año. En París no acaban de enterarse: el éxito no se alcanza juntando a un montón de estrellas en un vestuario. Eso son los Harlem Globetrotters, perfectos para dar exhibiciones, pero no para ganar campeonatos. Es la naturaleza humana. Pensar que esos futbolistas, idolatrados allá por donde pisan, van a colgar su ego en la puerta del vestuario y poner el equipo por encima sus intereses es una quimera. Y se demuestra proyecto tras proyecto. El sábado, tras otra derrota, el vestuario del PSG saltó por los aires, con Neymar a la cabeza enfrentado a gritos con Luis Campos, máximo responsable deportivo del club. Un polvorín en toda regla. Huele a podrido. ¿Y ahora qué? ¿Qué pinta un entrenador en ese vestuario? ¿Acaso puede dejar en el banquillo a Neymar si ve que entrena mal o es conflictivo? ¿Quién le discute algo a Mbappe cuando el dueño del PSG le ha dado las llaves del club para que no se marche? ¿Acaso alguien va a osar enfadar a Messi cuando le estás suplicando que renueve? La respuesta a todas las preguntas la conocemos de sobra. Si gana el PSG el éxito es de los futbolistas y si pierde el culpable es el técnico. El día que hable Pochettino…

Habrá que estar muy atentos al futuro de los tres si se escapa la Champions. Neymar, ya de vuelta, puede ser el primero en salir. Su talento no tiene discusión, pero los mejores años de su carrera ya han pasado y no ha sido la super estrella que se esperaba. Mbappe es otro cantar. Erigido como estandarte de la República francesa, parece atrapado en una jaula de oro. “Este Mbappe no es mi Mbappe”, confesó Florentino Pérez en ‘El Chiringuito’ tras la espantada del francés. Imagino que, a estas alturas y viendo que se aproxima otro fracaso, estará más arrepentido que nunca. Veremos qué ocurre en el futuro… ¿Y Messi? Aún no ha renovado, pese a la insistencia de Qatar, lo que deja una rendija abierta al sueño que tenemos todos los culés: verle de nuevo de azulgrana. Lamentablemente, con Laporta, es imposible que ocurra.

PITOS Y APLAUSOS

El Real Madrid suma y sigue. Final internacional que juega, final que gana. Eso es así desde los tiempos de la Quinta del Buitre, y ya ha llovido. Solo se explica desde el gen ganador de un club que nunca se conforma. La exigencia tiene recompensa.

El Valencia necesita un especialista. Tres partidos y tres derrotas con Voro, otrora salvador, ahora hundido con el resto del equipo. Urge fichar a un entrenador curtido en batallas para no bajar, que saque rendimiento inmediato y evite la catástrofe del descenso.

Fichajes que, al fin, funcionan. Monchi falló con estrépito en verano, lo reconoció y actuó en el mercado invernal. Bryan Gil y Pape Gueye, dos de las incorporaciones, están funcionando en el Sevilla. El descenso se aleja, pero la paz social, no. ¿Volverá Del Nido?

La importancia de un gran portero. Con diez jugadores y ante un ambicioso Celta, Oblak sostuvo al Atleti en los peores momentos en Balaídos. El esloveno es, sin duda, uno de los grandes de la historia rojiblanca.

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