Una racha interminable

El Levante UD marca un ritmo de órdago en la categoría de plata

Una imagen del Levante-Andorra

Una imagen del Levante-Andorra / SD

Juanma Romero

Juanma Romero

La Segunda División es una categoría compleja, difícil en la que el resultadismo es clave para estar arriba. El Levante ha conseguido asimilar desde hace ya tiempo esta coyuntura y con más o menos brillantez sigue concatenando marcadores positivos que han provocado que el contador de puntos no se haya estancado desde el mes de octubre. Los últimos partidos jugados en casa han sido un reflejo de esto. Las victorias ante el Burgos y el Andorra se lograron a base de oficio, calidad y oficio. El bloque granota ha mostrado su capacidad de saber sufrir y sobre todo, la de haberse acoplado sin arrugas el traje adecuado para el escenario en el que compite. Aunque estemos pendientes de los récords, las rachas o la imbatibilidad de Calleja lo verdaderamente importante junto a estos datos es que el asentamiento del Levante es pleno y si además le añadimos a este contexto lo realizado por los equipos que ahora mismo compiten por el mismo objetivo cobra un mayor valor.

Las Palmas, líder de la categoría cayó por última vez el pasado 11 de diciembre ante el Albacete. Desde ese día hasta hoy ha sumado 17 puntos de los 21 posibles. El Alavés ha encadenado cuatro triunfos seguidos tras caer el 13 de enero en Oviedo. El Granada de Paco López sufrió su último traspié el 14 de enero en el Ciutat. Desde esa jornada ha logrado un pleno de cuatro victorias con un bagaje además de ocho goles marcados y la portería propia a cero. El Éibar es el rival más irregular ahora mismo. Tras firmar más de tres meses sin perder, acumula ahora mismo un bache con solo un punto sumado de los últimos nueve. El Albacete cierra los puestos de honor. Con un papel algo más tapado atesora una interesante racha de ocho jornadas en las que solo ha perdido un encuentro. Son grandes números los de todos ellos, pero muy lejanos a los que ha puesto sobre la mesa el Levante. Llevar invicto desde el 9 de octubre es un registro inalcanzable para todos ellos y que merece ser puesto en valor. Posiblemente, o no, habrá un día malo y podría consumarse el fin de la racha, pero de momento la realidad nos invita a sacar pecho, con cautela, el objetivo aún queda lejos.

La visita de mañana al Toralín es otro de esos partidos con trampa. La compleja situación del cuadro del Bierzo no asegura, todo lo contrario, un duelo plácido. Con el agua al cuello, factor campo y la motivación extra que supone jugar frente a un gallo de la categoría, el Levante va a toparse con un equipo que pondrá mil trabas y que obligará a ponerse esa indumentaria de faena, que está más que insertada en el código de actuación del Levante cada fin de semana.

En todo este espectro positivo, Campaña puso la nota más amarga el fin de semana anterior contra el Andorra. La enésima lesión muscular del centrocampista vuelve a bloquear el camino de un futbolista al que se le va a echar de menos. Calleja tiene útiles en su plantilla para enmendar la baja de Campaña, pero no contar de nuevo con este activo de lujo es una lástima. Reconciliado prácticamente al cien por cien con la parroquia, Campaña está afrontando un quiero y no puedo, con unas dolencias que seguro le están mermando a nivel físico y mental. Tan importante es una faceta y la otra. De lo primero, habrán de enmendarlo los médicos y readaptadores. De lo segundo, dependerá de él mismo, y ahora mismo no me genera ninguna duda. Campaña volverá y lo hará a su nivel, para ser el de siempre y confirmar que quiere devolver al Levante al lugar que merece. Ya lo ha hecho antes.

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