Política de nuevo

El deporte no puede quedar fuera de la vida civil, de la política en sí

Mundial de Catar

Mundial de Catar

Juan de Dios Crespo

Juan de Dios Crespo

En las últimas semanas se han visto muchas noticias sobre algo que parece nunca acabar, pero es que no puede terminarse así de fácil, porque el deporte (el fútbol en este caso) no puede quedar fuera de la vida civil, de la política en sí. Todo está relacionado, aunque lo que ocurre es que existen, cada vez más, voces que se alzan contra esa ‘unión’.

Lo que ocurre es que, como en casi todo, existen dos grupos: los que quieren que el deporte sea limpio de todo y que la política ni se nombre y, del otro lado, los que desean que el deporte cumpla con una función de denuncia contra determinadas políticas. Se dice, por estos segundos, que hacer una competición en un determinado país considerado como poco agradable, el que se produzca un evento deportivo va a ayudar a una mejoría.

El campeón de Fórmula Uno, Lewis Hamilton, dio su opinión en unas recientes declaraciones, en las que asegura que no existen esas mejorías o, si existen, serán solo un maquillaje y que se debería evitar competir en países ‘no democráticos’. Lo malo, para Hamilton, es que muchos de sus carreras de F1 ocurren en estos Estados… Ya sabemos que es fácil criticar y, sin embargo, seguir recibiendo beneficios, cuando a uno le va bien.

Ahora, Arabia Saudí está queriendo albergar la Copa del Mundo de FIFA 2030, en clara competición con España (y Portugal y, en un extraño movimiento político-deportivo, también Ucrania). Está claro que los saudíes han visto a sus pequeños vecinos de Qatar obtener la atención de todo el globo y no quieren ser menos, porque las diferencias entre ambos son cada vez mayores y el deporte, otra vez, como la Copa del Mundo, puede ser una respuesta al alto nivel al que está llegando Qatar en el deporte.

Si con Qatar se han obtenido muchas mejores, sobre todo en los derechos laborales de los trabajadores extranjeros, con cambios a favor de éstos, cuando, sin el fútbol y el Mundial, no se hubieran logrado en años o décadas o… nunca, no sé lo que podrá pasar si Arabia Saudí es finalmente elegida como sede de la competición de FIFA.

La legalidad en este país es mucho más restrictiva que en Qatar y, si en éste, se puede, por ejemplo, beber alcohol en hoteles y también en los propios estadios. Pero eso, los hoteles, ya era parte de la vida qatarí. Sin embargo, en Arabia no existe esa posibilidad y no sé si FIFA va a conseguir que cambie, aunque hay patrocinadores cerveceros…

Por otro lado, vemos como Qatar, otra vez, propietario del PSG, está interesado en comprar el Manchester United y, al menos hasta hace unos días, era de que los dueños, los hermanos Glazer, estaban por la labor, pero parece que se están echando para atrás. Y es que algunos les han advertido de que quizá no estaría bien recibida esa adquisición, desde el punto de vista político…

Se ha visto, en el caso de la Superliga, que el entonces primer ministro británico, Boris Johnson, incluso amenazó con que podría cambiar la legislación, para que los extranjeros, dueños de los grandes clubes que estaban en la lista de superligueros, tuvieran cuidado. Y, en apenas 24 horas, estas entidades salieron corriendo de la estructura de la Superliga.

La propia Ley del Deporte española, en vigor desde este año 2023, abre, siquiera un poco, pero lo hace, la posibilidad de que selecciones autonómicas puedan competir internacionalmente, lo que podría llevar a que España y una de sus regiones se enfrentaran. Es cierto que la ley puede pretenderlo, pero será difícil que llegue a serlo, tal y como existe España. Pero, la política, otra vez, pudo poner su pie en la puerta del deporte y es un injerencia política en el deporte.

Volviendo al punto de la interacción de la política en el deporte, vemos como el gobierno británico, llegando ya a un punto similar a lo que el premier Boris Johnson anunciaba, ha creado un organismo independiente de control sobre el fútbol, al entender que se estaba llegando a un punto en el que el dinero iba a pasar por encima del deporte.

Así, ya se ha aprobado y se va a utilizar este organismo para llevar a cabo investigaciones que descubran los posibles errores que el gobierno cree que pueden acaecer en el fútbol inglés. Serán protegidos los clubes y su historia, con la integración de los aficionados en los comités ejecutivos de aquéllos, para que puedan dar su opinión sobre asuntos relevantes de la entidad. También se dice que no se permitirá que compitan localmente a quienes quieran destruir la pirámide del deporte. Obviamente, a quienes quieran participar en la Superliga… 

En fin, que hay muchos modos de injerencia política, algunas buenas, cuando mejoran las situaciones de los ciudadanos de un país, y, contrariamente a Hamilton, soy firme defensor de que así se haga. Para no ser tan sesudo el domingo, les recomiendo que lean la novela del valenciano Alfredo Escardino, ‘Onofre Superstar’, una parodia que nos hará sonreír en estos tiempos que corren, que no es poco. Disfrútenla y también nuestras Fallas.

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