Sobran los motivos

Si no se hace en público, como Osasuna, ¿quién tiene la potestad para dirigir una queja en privado por el arbitraje?

Alberola Rojas, rodeado por los jugadores del Valencia en el Camp Nou

Alberola Rojas, rodeado por los jugadores del Valencia en el Camp Nou / SD

Rafa Marín

Rafa Marín

Osasuna llegará el sábado a Mestalla habiendo hecho lo que no hizo el Valencia. Movimiento inteligente de los rojillos, que la misma noche del lunes pidieron una aclaración al Comité Técnico de Árbitros por el gol mal anulado a Abde. No era tan difícil. Y motivos había de sobra siendo el equipo más perjudicado de Primera por el VAR.

¿Qué menos que exigir explicaciones a nivel oficial por un contacto claro en el área que si no penalti era saque de puerta y nunca córner? ¿Y en el que para más inri el encargado del videoarbitraje se inhibió? ¿Qué le dijo Latre a Alberola si es que le dijo algo? ¿Por qué no puede ver la luz esa grabación? ¿Qué garantía hay de que no volverá a pasar y de que la única salida es «seguir compitiendo»? Y, si no es en público, ¿quién tiene en el club la suficiente potestad para hacer esa gestión en privado? Tres días después, hay un silencio atronador en torno a una decisión que merece explicaciones claras y contundentes. Y, si procede, una disculpa oficial. Más un par de neverazos. Está en juego ya no solo la credibilidad de la competición sino también la de una entidad centenaria como es el Valencia. En riesgo, por si faltaba algo, de un descenso. Para rizar el rizo, en la temporada en la que la Fiscalía va a denunciar al FC Barcelona del delito de corrupción por los pagos al exvicepresidente de los árbitros. Un escándalo contra el que se ha levantado todo quisqui. A excepción, vaya por Dios, del Madrid y la RFEF. Si no son motivos para quejarse ahora, no los habrá nunca.

Revelación

Protagonista pasivo de la jugada de la polémica, el penalti que le hizo Kessié confirmó el domingo la explosión de Fran Pérez. Desde su irrupción en la Supercopa, no ha habido otro jugador con tanto descaro y frescura. Como contó SUPER, su renovación es un hecho. Más que merecida. Ya no es el futuro sino el presente del Valencia el que pasa por futbolistas como él. No es lo mismo apostar por jóvenes de la casa que traerlos cedidos de fuera. Casos como este demuestran que con una buena política deportiva para acompañarlos de veteranos hay mimbres suficientes para hacerlo todo mejor.

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