A domicilio sabe peor

Baraja no da con los ingredientes para competir fuera de casa igual que en Mestalla

Hugo Guillamón, despejando ante Griezmann

Hugo Guillamón, despejando ante Griezmann / Rodrigo Jiménez

Dani Meroño

Dani Meroño

Otro partido fuera de casa, nueva derrota. Lejos de casa el equipo no sabe bien, no huele bien y Baraja no termina de dar con los ingredientes para competir de la misma manera que lo hace en Mestalla. En un Valencia CF de más corazón que calidad, donde jugar lejos del santuario y de su gente supone un sufrimiento constante y un desamparo absoluto. Una hartura y empacho a disgustos que nada tiene que ver con lo que vimos la semana pasada.

Porque el Valencia CF es como esos restaurantes que cuando estás en el local los llegas a disfrutar, pero cuando pides a domicilio son una auténtica calamidad. De los que estás en el sitio y te ponen buenas raciones -con un producto de mayor o menor calidad-, y acabas saciado, feliz y contento porque no tenías las expectativas altas y han cumplido; pero cuando es a domicilio las raciones son raquíticas, tienen mala pinta y encima la comida viene fría. Indigestión asegurada. 

Fuera de casa el equipo se muestra insípido, amargo y hace partidos incomibles. Tronchos que de vez en cuando tienen un poquito de picante cuando hay algún salseo en alguna jugada aislada, pero no deja ni de lejos el mismo regusto de casa. No tiene nada que ver. A domicilio: dolor de estómago y Almax Forte.

Eso es el Valencia CF de Baraja

Como local lo que quieras, fuera de casa un drama. Pero os digo algo, en la situación en la que estamos, no me paro a pensar en lo que pudo ser sino en lo que será si no se reacciona. Firmo ya ganar todos los de Mestalla por la cuenta que nos trae y fuera de casa rascar lo que se pueda. De hecho lo único que me motiva ahora mismo es que empiezan los partidos contra rivales directos, esos en los que no puedes fallar y donde de verdad vas a ver si te salvas de la quema o no.

Y aunque el equipo estuvo muy mal, no quiero dejar sin resaltar un nuevo atraco propiciado por el VAR con la acción del gol anulado a Hugo Duro. Es tan absurdo el criterio que se pita una falta -para mí inexistente- de casi un minuto antes que inicia la jugada de gol. ¿Os acordáis del gol del Valladolid en la primera vuelta? Pues empezó de manera igual o peor: con una falta a Kluivert que ni siquiera revisó el VAR. Es absurdo el criterio, el video arbitraje y la forma que tienen de ejecutarlo. Condiciona gravemente el transcurso del partido y empobrece la competición. 

Pero no es excusa para ver la peor versión de algunos futbolistas que no merecieron estar en el campo tanto tiempo. Jugadores fríos que no están para competir y que parece que con ellos no va la cosa. Solo Mamardashvili brindó la oportunidad de maquillar un resultado que pudo ser más abultado. Por ello, Baraja debe encontrar una receta y cocinar un estilo que sea propicio para ir a domicilio. Al menos, para obtener algo reseñable y no contar las salidas por derrotas.

En todo caso Mestalla debe ser un fortín. Me aferro a eso. Y lo hago porque como local es la única posibilidad que le veo al Valencia CF para no acabar con una diarrea de derrotas semanales. Es la única lectura positiva que se me ocurre de un equipo indigesto y desfondado. Con mucha salsa pero poco producto de calidad. Con edulcorante pero malo para la salud deportiva de este club.  

A la postre un Valencia CF que, a domicilio, sabe mucho peor.

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