Abril le debe una a todo el valencianismo

Atlético de Madrid - Valencia CF

Atlético de Madrid - Valencia CF / Rodrigo Jiménez - EFE

Pablo Leiva

Pablo Leiva

Puede ser fútbol ficción pero la realidad es que habiendo ganado al Betis en aquel abril de 2022, algún jugador seguiría en Mestalla probablemente y Gattuso no habría aterrizado. Un año después hemos pasado del adiós de Bordalás, pasando por el de Gennaro hasta llegar al de Voro, que dio paso a un Baraja consciente del reto. Mucho más que el italiano, que se marchó abandonando a su ‘famiglia’ en el peor momento posible. Al contrario que Bordalás, Gattuso no se puso delante de los medios. No aguantó el tirón de las preguntas, ni explicó los motivos de manera contundente más allá del show de 30 segundos en Paterna ante los medios. Ahora, a las puertas de abril, el Valencia se juega algo más importante que aquella Copa en La Cartuja. Se juega la vida con un calendario en el que ya da igual si es un rival asequible o no. Solo vale ganar. Y la realidad es que abril le debe una al Valencia después del sufrimiento de hace no tanto. 

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