Intoxicados

Yunus, Castillejo o Moriba... no hablo de que generen mal rollo ni cosas así: es solo que contagian pasotismo, neutralidad emocional

Yunus Musah, con EEUU

Yunus Musah, con EEUU / EP

Sergio Arlandis

Sergio Arlandis

El Mundial de Qatar ha sido devastador para el Valencia CF: lo normal es que estas citas internacionales den valor a los futbolistas que acuden a ella y con ello su rendimiento y cotización van en exponencial aumento. Si nos fijamos en los cuatro mundialistas (más Racic, que no cuenta), ha pasado todo lo contrario: Guillamón está en el limbo; Cavani está en su desierto personal; Cömert está en su tope de rendimiento y Yunus…no está. Los cuatro, salvo el norteamericano, tuvieron una presencia muy marginal, cargada de puntos negros. Y esa dinámica se ha contagiado a su club, incluso en el caso de Yunus, que parece que la cosa esta de dejarse la piel por el Valencia CF no va con él.

No creo que un jugador, por sí solo, sea tan tóxico como para cargarse un vestuario, pero ahí tenemos el caso modélico de Joao Felix en el Atlético de Madrid: fue marcharse el luso y el equipo ha cambiado completamente su cara. No sé qué es lo que está pasando con Guillamón, pero me gusta muy poco lo que parece desde fuera. Y me gusta menos lo que ofrecen otros jugadores que sí veo más tóxicos (por juego y actitud) ahora mismo, tales como el propio Yunus, Castillejo o Moriba. No hablo de que generen mal rollo ni cosas así: es solo que contagian pasotismo, neutralidad emocional, como si esto les pasara por un lado porque están pensando ya más en una salida que en su rendimiento.

Visto así, también cabe poner la atención en la necesaria salida de ocho jugadores este verano, tanto si el equipo se salva de segunda como si no logra eludir el descenso. Ni tienen nivel algunos, ni están a la altura del club (demostradamente en estos años), ni pueden ofrecernos ya nada. No le demos más vueltas y acabemos bien esta pesadilla: siete puntos de quince podrían ser suficientes…pues saquemos esto, acabemos este horroroso curso, y limpieza del vestuario. Sin planificación deportiva, sin director deportivo de verdad, esto suena a ciencia ficción, lo sé.

No puedo dejar escapar la oportunidad de hablar también (valga este disparo al aire) de reflexionar sobre las actuaciones arbitrales, tóxicas, en general, y un poco en particular con el Valencia CF. Esto de que ahora, cuando se está decidiendo todo, el comité de árbitros haya pensado cambiar algunas reglas del juego, en marcha, me parece una manera torticera de intermediar en los resultados finales de los partidos: lo que antes se revisaba, ahora no se revisa; lo que antes era penalti (y digo antes mirando a la jornada diez, por ejemplo), ahora ya no lo es; lo que antes era roja ahora se queda en advertencia…en fin, que cuando te perjudicaba antes, ahora no te hace justicia a ti, porque estos señores ahora dicen que no y que eso ha cambiado. No lo entiendo.

El caso Negreira, lejos de acusar a un club, lo único que demuestra es que el colectivo arbitral, en estas categorías, es muy susceptible de ser manipulable, bien por pagos encubiertos (que no se han demostrado) como con tráfico de influencias (que sí se ha demostrado, aunque por lo bajito). El Valencia CF, como siempre, desde la chapucería de su dirección, está en el lugar equivocado y en el sitio menos adecuado. Resultado: sistemáticamente perjudicado, por el VAR, por el árbitro de campo, etc. Pero yo no hablo de grandes decisiones que te penalizan (aunque las hay), sino de pequeñas cosas que te van sacando de los partidos, que te van minando las ganas y el empuje en la intensidad de tus entradas, etc.: inyección tóxica en toda regla.

Luego están Tebas y sus extrañas declaraciones tóxicas en torno al Valencia CF, al campeonato español, su gestión, etc… pero eso ya lo haré cuando acabe este circo de liga que estamos haciendo y toque hacer un balance real de lo que has hecho, de lo que te han dejado hacer, de lo que te han obligado a hacer y de lo que no hiciste. Pero hay una realidad: la Liga española está muy por detrás de la Premier y del Calcio italiano y se asemeja al campeonato alemán. Lejos queda aquello de «la mejor liga del mundo», porque un modelo binario a la escocesa nos ha traído hasta aquí. Y porque habrá que hacérselo ver eso de que aquí solo vengan auténticos chapuceros inversores de fuera, mientras que a otras ligas llegan petrodólares. Cosas que se me escapan, porque dentro de esa chapucería de sistema entra la mano parasitaria de Lim, la bala letal contra el valencianismo, que va al corazón de este club de sus socios y socias. Estamos rodeados: jugadores fuera de sintonía, dueños fuera de sentimiento y raciocinio y gestores globales fuera de la realidad de lo que gestionan. Nos queda disparar al aire para que no nos den por muertos, aunque sigan tirando a dar. Como dice Pipo: nos queda Mestalla por defender, con uñas y dientes, igual que el Álamo. No les cuento cómo acaba esta mítica historia de asedio y derribo porque nos vendremos abajo, pero hay que resistir, apoyar, confiar…hasta que esto acabe y podamos sacar, de verdad, la necesaria guillotina que necesita este club en todos sus frentes infectados, carcomidos, intoxicados. 

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