El que de verdad sea del Valencia lo va a entender

El 4 de junio, cerca de la medianoche, que todo reviente, pero nunca antes porque eso no nos lo podemos permitir

Los jugadores del Valencia se abrazan celebrando un gol en Mestalla

Los jugadores del Valencia se abrazan celebrando un gol en Mestalla / JM LÓPEZ

Toni Hernández

Toni Hernández

Si de verdad somos del Valencia, esta semana sólo podemos pensar en el partido del Betis. No sé si somos conscientes de lo que hay en juego, que de verdad es una final en toda regla, que el futuro pasa por no perder en el Villamarín, y que todo lo que pase por nuestras cabezas empieza y acaba en ese estadio. Sí, el futuro pinta negro. Muchos tenemos la sensación de que si no es este año puede ser el que viene. Pero ahora mismo estamos en este, y nuestra energía no puede despistarse otra vez, como la semana pasada. Lo del Madrid, sus medios y los poderes fácticos fue una vergüenza y un atropello, es cierto. Pero también lo es que nosotros hemos hecho uno de seis.

Al equipo hay que darle confianza. Hay que pensar que vamos a sacarlo nosotros y no gracias a lo que hagan los demás. A Baraja y a los jugadores no les podemos estar criticando de la manera en que lo hemos hecho, aunque sólo sea por el simple hecho de no haber puesto en contexto las cosas tal y como son. Un equipo roto en febrero, con jugadores muy fuera, tirando de niños que se han tenido que convertir en titulares a la fuerza, y haciendo 21 puntos de 48 posibles, que para algunos es un desastre, pero yo lo veo una especie de milagro. Y todavía nos queda sumar al menos uno para poder respirar tranquilos.

No es momento, ahora mismo, de ese tipo de mensajes, de rajar de arriba a abajo a nadie. Entre otras cosas porque hay muchas semanas desde el domingo por la noche hasta Dios sabe cuándo. Y esos jugadores, y ese entrenador con su cuerpo técnico, son los que nos tienen que poner a salvo de una vez antes de que este sufrimiento termine con todos nosotros. Con casi 50 tacos, el que suscribe estaba con los ojos llorosos en el minuto 85, con las manos temblándole y una presión en el pecho que no es admisible.

Yo voy con ellos, y cualquiera que sea del Valencia de verdad y lo siente, también. Porque sabemos lo que hay. Porque algunos, los que ya tenemos esa edad, conocemos la sensación que vivió el Espanyol el domingo pasado en Mestalla. Y por cierto, vergüenza a los que gritaron «A Segunda». Mucha vergüenza. Vosotros puede que seáis del Valencia... pero de lo que no queda duda es de que sois idiotas.

El 4 de junio, cerca de la medianoche, que todo reviente, que me parecerá muy bien, pero nunca antes, porque no nos lo podemos permitir. Y si encima podemos ir un par de miles a Sevilla... mucho mejor. Toda ayuda va a ser poca, que nadie se engañe.

Quiero acabar recordando algo que he dicho muchas veces en esta columna durante estos meses. Hacer demagogia con el Valencia y el Nuevo Mestalla no sé si quitaba votos, pero tenía muy claro que no iba a dar. Y las elecciones autonómicas han venido a corroborar algo que era de cajón cuando no vives en una burbuja en la que sólo oyes lo que deleita tus oídos. Los que mandaban hasta ahora han estado amagando y amenazando, pero no consiguieron que entrara una sola excavadora en el Nuevo Mestalla. Han intentado tirar de ese filón, aprovechando la opinión pública en contra de Lim, y equivocando el todo por la parte. Sandra Gómez ha basado su campaña en salir todos los días a incendiarlo todo. Y, después, el ciudadano ha hablado y ha dicho bien claro que todo eso no lo compra, que no le vale, que no le convence. Los políticos bien lejos del Valencia. Porque si se juega con el club, si se usa de manera torticera, después se pueden pagar facturas muy caras. Y a los hechos me remito.

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