El pueblo de Mestalla es sabio y sabe de qué va esto. Por eso hace tiempo que no traga con Lim ni con ninguno de sus trucos. Y también por eso ovacionó a Baraja, cuyo nuevo milagro está siendo el mejor arranque de la década. Además de alumbrar a una camada de canteranos para la historia, el gran mérito del Pipo es la construcción de un equipo en el que el colectivo está por encima de las carencias. Un éxito en el que la fuerza, la energía y el empuje no suplen un trabajo de nota. Que el Valencia CF vuelva a tener una identidad de juego se agradece. Y es lógico que la afición lo celebre. A poco que Meriton le hubiese dado lo que quería, que apenas era Rafa Mir y un extremo más, las posibilidades serían infinitas. Pero paso a paso. Todo el respaldo al entrenador, a Javi Guerra y al resto de la tropa. Y mucha exigencia a los demás, porque los resultados, sean buenos, malos o regulares, no maquillan la gestión que hay detrás.
Utopía
Claro que sería una auténtica delicia quedarse en el Viejo Mestalla y no cambiarlo por una estructura impersonal de cemento donde continúan creciendo los hierbajos. Pero, desgraciadamente, eso no puede ser. En el nuevo estadio hay invertidos cerca de 200 millones sin los que el club correría el riesgo de entrar en quiebra técnica. Y eso sin entrar en qué pasaría con el suelo, con la sentencia de derribo de la grada actual o los malabarismos con la licencia de actividad que exige LaLiga. Hay que ser realistas. Y serios para que la batalla política no lleve a nadie a engaño. En el Ayuntamiento sabrán si firmar un convenio con Meriton en nombre del Valencia CF después de tantos incumplimientos es legal. Moral, ya se sabe que no.
Desastre
Después del 13 a 10 (cuatro negativas y seis abstenciones) en las votaciones de las territoriales sobre el adelantamiento de las elecciones, la Federación de Rocha, el delfín de Rubiales, sigue con su huida hacia adelante. La puesta de largo de la nueva seleccionadora a la desesperada es la confirmación del sinsentido y la falta de respeto a unas jugadoras empeñadas en hacer historia dentro y fuera del campo.