Opinión

Abandonar ¿es de cobardes?

Si seguimos esta línea, estamos diciendo que el arbitraje es un nido de corruptos y que sus decisiones están viciadas

Jude Belligham, tras ser expulsado en El Sadar

Jude Belligham, tras ser expulsado en El Sadar / EFE

Hemos podido ver cómo el Adana Demispor de la primera división turca decidió abandonar el campo y el partido contra el Galatasaray (último contra primero del campeonato) como respuesta a un penalti pitado a favor de los líderes y que estimaban que no lo era. Tras unos pocos minutos, la directiva pidió a sus jugadores que se retiraran sin más.¿Cuál será la sanción? De poco servirá porque el Adana está en la última posición y a muchos puntos de la salvación. Por eso quizá no tuvo ningún problema en salir del campo y no continuar el partido, ya que se sabe prácticamente, a mitad de temporada, descendido. Hubiera quizá sido otra cosa si su performance deportiva de esta temporada no fuera tan negativa.

Y, me pregunto, ¿ si no estamos de acuerdo con una decisión de un árbitro, nos saltamos todo lo futbolístico y abandonamos sin más? Recordemos que el Real Madrid ha escrito una carta muy dura a la RFEF con copia al Gobierno (a través del Consejo Superior de Deportes) para protestar con lo que estima es una persecución arbitral contra su equipo.

Los blancos de Madrid se quejan, pero está por ver si, como el Adana, deciden un día dejar el terreno de juego si Mbappé (como contra el Espanyol) recibe una entrada no castigada con la roja que todos los merengues pedían. No creo que sus actos lleguen a tanto porque la sanción sería dura.

Entonces, ¿nos quejamos y acudimos al Gran Hermano (la RFEF y el CSD) o dejamos el campo? Ya se ha visto que, en caso de racismo algún jugador lo he hecho, pero ya no son lances del juego en los que se equivoca el árbitro. Sin embargo, si seguimos esta línea, estamos diciendo que el arbitraje es un nido de corruptos y que sus decisiones están viciadas desde el principio.

Si eso fuera así, el Real Madrid no tendría tantos campeonatos como tiene (el equipo que lidera esa clasificación) y lo que uno puede pensar es que, si los árbitros fueran (y hubieran sido) independientes, ese club habría ganado todos los títulos sin problema. Esto es harto simplista y dejaría a los demás clubes como idiotas que nunca debieron alzar el título de Liga.

Así los dos últimos campeonatos del Valencia no fueron porque tenían el mejor equipo, el que más corría y jugaba, sino que los árbitros estaban en contra del Real Madrid. Pero, en sus múltiples ligas, las treinta y seis que tiene, sobre cincuenta y seis que otros clubes han logrado, y que totalizan noventa y seis, , solo las suyas son ‘legales’ porque fueron campeones y las demás no las obtuvieron por las malas artes arbitrales.

El porcentaje de títulos es del 37,5%, más del tercio de las ligas españolas, lo que no es un mal resultado histórico. Quejarse de los árbitros por algunos errores, que sí que los hay, pero para todos los equipos, no es adecuado cuando atesoras esa cantidad de ligas obtenidas. Pero bueno, si ahora quiere el Real Madrid cambiar (para ganar más u, ojo, para quizá ganar menos) no es para modificar la reglamentación arbitral sino para no ser perjudicado, nunca más…

La Liga ha respondido con rotundidad a esas sospechas, pero creo que un punto necesario sería que los árbitros dependieran justamente de La Liga y no de la federación, siendo, además, que los clubes son quienes al final pagan a los trencillas.

Una fórmula podría ser, si no abandonar el campo como el Adana, ante una decisión que no satisface, sentarse en plan Mahatma Gandhi y no moverse hasta que vengan las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado (o de la provincia, comunidad autónoma u local…) y los echan a la fuerza. O mostrar una flor en signo de paz, como en Mayo del 68.

En serio, creo que el abandono del Adana no fue de recibo y debió resistir ante la nefasta decisión arbitral de pitar un penalti que parece no fue. Y en cuanto a los demás equipos, tienen que tener en cuenta que hay errores, por supuesto, pero también hay adversarios que compiten y que, a veces, sí señores, son mejores y ganan, con o sin ayuda arbitral.

Está claro que el caso Negreira no ayuda a que el ambiente sea sereno, pero si la vida no es justa a veces, tampoco lo es el deporte y hay que buscar mejorarlo sin que se tenga siempre que acudir a los fantasmas de siempre. En fin, ni en Rocroi, ni en Filipinas los españoles abandonaron sino resistieron hasta el último hombre, así que se ha de tomar nota y, pase lo que pase, quedarse en el campo y, por supuesto, no llorar en exceso.

Las Fallas ya se acercan y el fuego y ruido (esperando las máscletaes, que adoro), y recomiendo el libro de Manuel Cebrián Francisco de Cuéllar, capitán general), que hoy me ha salido la vena histórico-deportiva. Disfruten y cuídense.

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