Opinión | La Contra

¡Lío solucionado!

En fin, será mejor para Vigo y Valencia si la presión interna en San Sebastián para no ser sede del Mundial 2030 puede más

Estadio de Anoeta, Real Sociedad

Estadio de Anoeta, Real Sociedad / Real Sociedad

Por fin una buena noticia para la Real Federación Española de Fútbol, ya que el problema en el que estaba metida, con las modificaciones de las notas para las distintas ciudades y estadios de nuestro mundial del 2030, los despidos y/o dimisiones de responsables (¿o no?), dejaban una sombra que no merece un acontecimiento de esa índole. Pues bien, de un lado lo negativo, que era que el Ayuntamiento de Vigo había puesto en manos de un despacho de abogados el reclamar daños y perjuicios a la RFEF por ese desliz de puntaje que dejaba en desventaja a Balaídos y colocaba a Anoeta, el estadio de la Real Sociedad, en mejor lugar.

Sin embargo, quizá no haga falta que los leguleyos (ojo, no se me ponga nadie nervioso, que soy uno también) se inmiscuyan en el barro federativo y las reclamaciones varias, porque las asociaciones de vecinos de San Sebastián han remitido una carta a la FIFA diciendo que no, que nanay, que no les gusta ser sede mundialista.

Se indica en la misiva que otro acontecimiento sería subir el nivel de «turistificación», un ‘palabro’ que da miedo y que ellos no desean más. ‘Tourist go Home’, como cuando se le decía lo mismo a los ‘Yankees’ (aunque no todo estadounidense lo es…) que también se marcharan, sobre todo de Iberoamérica. Sin embargo, la muy fina Donostia no le dice lo mismo a los que vienen para su Festival de Cine.

No, es que eso es muy cultural y el fútbol no lo es. Quienes son ‘hooligans’ son los aficionados a ese deporte y en la alfombra roja del festival solo vienen personas educadas y que no dan miedo ni se recela de esa «turistificación» (sic, otra vez).

Eso me recuerda que los parisinos, igual que ahora los donostiarras, estaban, en su gran mayoría, en contra de los Juegos Olímpicos de 2024 pero que, durante y tras ellos, no han dejado de estar más que contentos con esa competición. Quizá tengan que preguntar a sus vecinos del norte para comprender que el deporte y sus acontecimientos no son malos para todo.

La otra faceta de la protesta es que «solo se beneficiará a unos pocos». No se dice, en la carta a FIFA, quienes son esos «pocos» ni se plantea que pueda haber mejorar en sus vidas (aeropuerto, hostelería, etc…) sino que parece que esos «pocos» son malos y que, aunque haya beneficio para ellos, no se merecen tenerlo y, hala, mejor no aceptar ser sede.

A todo eso, claro, Balaídos ocuparía otra vez su posición de excelencia, pero mis compañeros letrados ya no tendrían que pelear en los tribunales. En otras ocasiones, sobre todo para la sede de los Juegos Olímpicos, ha habido negativas sonadas, como Múnich, Berlín y Hamburgo, las tres alemanas que, en años recientes, vieron como sus habitantes rechazaban cualquier tipo de posibilidades para albergar los Juegos. 

En otros lugares, como Boston, fueron los políticos y la falta de apoyo institucional lo que dejó fuera de combate a la ciudad. Sin embargo, no todo es así, sino que la lista de lugares que quieren ser sedes, tanto en Juegos como en la Copa del Mundo de FIFA es larga, porque se entiende que, si no un maná, sí habrá un flujo de ingresos, directos e indirectos, de mejora de instalaciones, no solo deportivas, sino de viaje (aeropuerto, estaciones de tren) y, en definitiva, que el ciudadano, a cambio de unos días (en el fútbol solo unos pocos) de cierta ocupación mayor del lugar.

En el caso de nuestro mundial, no se le pide a ninguna ciudad que esté cerrada (como puede ser, en parte, en los Juegos Olímpicos) sino que son dos o tres partidos y, de verdad, no comprendo cómo los donostiarras tienen ese rechazo. En fin, que será mejor para Vigo, pero también para Valencia, si finalmente la presión interna en San Sebastián puede más que los beneficios que puedan obtenerse.

Pero, no lo olvidemos, ni los juzgados, ni la RFEF, ni nadie más va a, finalmente, otorgar la plaza deseada (o no…) de ciudad-sede, sino que será la FIFA quien tenga la última palabra, por mucha puntuación que se le haya otorgado por los federativos españoles. Así que, mientras unos demandan, otros se oponen, allá en Zúrich (y en Miami, donde la FIFA se ha instalado también) se decidirá de verdad. 

La primavera no acaba de llegar, con frío (para mí) y lluvias, así que vale estar sentado en el sofá, leyendo a mi recomendación de hoy: una ligera de espías, «Moscú X», de David McCloskey. Disfruten y cuídense.

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