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Opinión

¡Qué difícil resulta no ser alonsista!

SINGAPORE (Singapore), 05/10/2025.- Aston Martin driver Fernando Alonso of Spain in the pits during the 2025 Formula 1 Singapore Grand Prix at the Marina Bay Street Circuit in Singapore, 05 October 2025. (Fórmula Uno, España, Singapur) EFE/EPA/FAZRY ISMAIL / POOL

SINGAPORE (Singapore), 05/10/2025.- Aston Martin driver Fernando Alonso of Spain in the pits during the 2025 Formula 1 Singapore Grand Prix at the Marina Bay Street Circuit in Singapore, 05 October 2025. (Fórmula Uno, España, Singapur) EFE/EPA/FAZRY ISMAIL / POOL / FAZRY ISMAIL / POOL / EFE

Alonsista es el término que algunos aplican a los que defendemos, carrera tras carrera, las actuaciones de Fernando Alonso. Y creo que resulta difícil no serlo tras grandes premios como el de hoy en Singapur. Conseguir puntos sin pisar el podio puede no desatar el orgullo patrio, pero ver la manera en la que Fernando lo hace demuestra la mucha cuerda que aún le queda.

Fue un fin de semana que empezó con esa falsa ilusión de un gran resultado: su primera plaza en la primera sesión de libres nos hacía arquear la cejas. Ese puesto evidenciaba la rapidez de Alonso para reglar el coche pero, a medida que los rivales encontraban los ajustes adecuados para sus respectivos monoplazas, la ilusión se iba disolviendo poco a poco, sesión a sesión.

En la crono pudo entrar en la Q3, pero se debía conformar con la décima plaza. La vuelta de regreso a los boxes de esa sesión cronometrada nos regaló una cámara de a bordo en la que pudimos ver los golpetazos en el volante, cabezazos y gesticulación que expresaban la rabia de Fernando por no aprovechar mejor la oportunidad.

El piloto Mark Blundell llevó durante su carrera deportiva en su casco la frase "The will to win", voluntad para ganar, el título de un poema de Berton Braley que expresa el deseo individual de alcanzar las metas. Y es ese esfuerzo individual, a pesar de ser la Fórmula 1 un deporte de equipo, lo que explica el excelente resultado de Fernando. En la salida pudo ganar posiciones y siguió escalando poco a poco pero llegó la parada en boxes: cuando esperas estar detenido unos 2 segundos y pasas más de 9 porque la rueda delantera izquierda no entra, tienes que poner mucha voluntad para superar el fallo del equipo. Tan caliente estaba el guaje que le dijo a su ingeniero en la radio que si le seguía hablando cada vuelta iba a desconectarla.

Tanto empujó Alonso después del fiasco de los boxes que le sacó de los puntos, que pudo recuperar, de nuevo, la octava plaza. Llegó entonces la última vuelta: a Hamilton se le acabaron los frenos y, a pesar de que Lewis fue cometiendo infracciones una tras otra, saltándose los límites de pista, Fernando siguió en modo caza. Al cruzar la meta había reducido a menos de medio segundo una ventaja que había sido de más de veinte. Después de la carrera los comisarios determinaron darle la séptima plaza a Fernando que, de nuevo en la radio, había "jurado en arameo" por las infracciones de Hamilton.

Independientemente de la decisión de los comisarios que le ayudó a ganar una plaza, la de Fernando fue otra actuación de quitarse el sombrero y que hace difícil no sentirse alonsista, especialmente con la esperanza de que en 2026, el cambio de reglamento y los lápices de Adrian Newey permitan a Fernando poder volver a contar con un monoplaza para aspirar a ganar carreras.

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