El Valencia de Emery ahuyentó fantasmas, generó ilusión y por oficio sumó los tres primeros puntos. Fue tan superior al Sevilla que hasta Manolo Jiménez no tuvo otra que reconocerlo y morderse la lengua como no acostumbra. El Valencia fue a por el partido y fue mejor con y sin Kanouté. El Sevilla intentó hacer su partido, pero se encontró con un rival que puso más casta. Que este Sevilla dispare solo dos veces a portería... tiene mérito.

Dealbert

Hablemos de nombres propios. Del primero, de Emery. El técnico empezó el curso liguero siendo valiente. Lo fue y no precisamente por apostar por Banega-Marchena. A lo de jugar con el argentino y no con Albelda-Marchena le llamo ser fiel a unas ideas más que valentía. Donde demostró a mi entender Emery un par fue al apostar por Dealbert. Sí, por Dealbert. Valiente y justo. Porque aunque se veía venir desde hace días que iban a jugar Dealbert-Alexis, lo fácil e injusto habría sido, por ejemplo, seguir siendo fiel a sus ideas pero haciéndolo con Marchena de central y Albelda de pivote. Pero no fue el caso. Emery dio galones a quien se lo ha ganado durante la pretemporada, un recién llegado desde Castellón a Primera División que a la chita callando se salió contra el Sevilla.

Kanouté, Negredo...

Hablando de Dealbert y cía. Bien ayer el entramado defensivo. Todos. Desde Miguel hasta el Guaje, incluyendo a los que entraron tras el descanso (Mathieu, Albelda y Míchel). Kanouté, Luis Fabiano, Negredo y Koné. Casi nada. Todo un lujo de artillería lo que tiene entre manos Jiménez y solo dos disparos a portería. Si el Valencia se hace fuerte en defensa como lo fue ayer, la Champions es posible.

Ever Banega

Y hablemos de uno de los protagonistas que más reforzados sale de la primera jornada: Ever Banega. El argentino fue de menos a más. Aún tiene mucho por mejorar en defensa, aunque estuvo muy metido en el partido, sus labores con el balón en los pies las hace bien y cada día tiene más sintonía con el resto de compañeros. No es Maradona, pero sí el sustituto natural de Baraja. Suficiente. Además, ya es hora de que valoremos en Valencia lo que tenemos, porque mira que se nos llena la boca hablando de los Zokora, Romaric y demás jugadores que se saca de la cartera el Monchi de turno. Pues ayer, uno, otro y también Duscher bailaron al son de Banega y cía. Y el Sevilla es un equipazo. Despacito y con buena letra, aunque como el fútbol actual se mueve por microciclos... hoy que nos quiten lo bailao.

La anécdota

Digna de ver tiene que ser la imagen de los Villa, Silva... comiendo espaguetis en sus butacas del vestuario. Entre camisetas sudadas, toallas mojadas y botas por el suelo. Que conste, eso sí, que me parece perfecto tales hábitos y que se les cuide como lo que son, deportistas profesionales.