Le pasa en casi todas las jornadas, pero más todavía las que se juegan en Mestalla. La del domingo pasado fue una de esas excepciones que confirman las reglas. No hay que recordar los puntos perdidos en casa, están en la memoria de todos. En San Mamés se vivió una noche parecida a la del Sporting, Atlético y Mallorca. Después de adelantarse en el marcador, jugar bien y tener practicamente el partido controlado, en los momentos finales se dejan escapar puntos que luego pueden ser muy importantes. El otro día el Valencia supo remontar, llevar el partido como quería y, viendo como el rival se quedadaba con un jugador menos, sólo tenía que continuar como estaba y esperar el pitido final para sumar tres puntos de oro. Pero sólo fue un espejismo, llegaron los minutos finales y con ellos las prisas, el descontrol, las pifias, el penalti y todo lo demás, viendo peligrar otra vez el resultado a favor. No sucedió de milagro. No hace falta que les cuente, ustedes ya saben. Así no se puede seguir. Para ver tranquilos un partido hay que llegar al minuto ochenta con tres o cuatro goles a favor, de lo contrario ya se sabe, a sufrir toca. Tendrá que hacérselo mirar. Así no se puede andar por la liga.

Hablando de la liga, el sábado próximo llega el Real Madrid, sin CR9 y parece que sin Kaká. Buen partido sin duda. Todos dicen que el Real no está bien pero ahí anda, segundo tras el Barcelona que sólo le pudo ganar por uno a cero. Los de Emery no han perdido en Mestalla, pero sólo han ganado dos encuentros. Este partido llega en buen momento. Si el Valencia logra ganar, empataría a puntos con los madridistas y llenaría de moral a la plantilla de cara al último encuentro antes de las vacaciones a disputar en Riazor. Jornada de fútbol grande, Mestalla se llenará, la afición con el equipo,. Vamos, uno de los clásicos del futbol español. No sólo del Barcelona-Real Madrid vive el campeonato. Esperemos a ver cómo discurre la semana. El Valencia tranquilo y el Real tiene Copa de Europa. Buena semana, señores.