Tal como ha venido informando puntualmente SUPER, Mehmet Topal será valencianista. Es oficial desde ayer por la tarde —«el Valencia CF y el Galatasaray han llegado a un acuerdo para el traspaso del futbolista internacional turco Mehmet Topal, acuerdo supeditado a la revisión médica pertinente», según el comunicado del club—. La araña turca llega a Mestalla para hacerse un hueco en el centro del campo, una posición clave en el juego blanquinegro. Manuel Llorente, Fernando Gómez y toda la secretaría técnica han hecho los deberes y han fichado a un futbolista pretendido por equipos de media Europa. A partir de ahora, el jugador tiene la obligación de confirmar su fuerza y valor al entrenador para ganarse el puesto. La llegada de Topal es un soplo de aire fresco que ilusiona al valencianismo, una afición vacunada contra los vaivenes de una entidad que está por encima de oportunistas de todo tipo. Como comentaba ayer un internauta de SUPER, Topal es «un buen golpe para los que dicen que estamos arruinados y muertos», un recadito a los medios pensados y hechos en la meseta interior.

Primicia

Cualquier fichaje es motivo de alegría y celebración, así que el valencianismo está de enhorabuena. Topal, junto con el luso Ricardo Costa y el francés Sofiane Feghouli son las primeras caras del Valencia de la temporada que viene. No serán los únicos, porque la maquinaria técnica de Mestalla está muy bien engrasada. Así que de momento tenemos las novedades de un todocampista de ´Champions´, un central que jugará el Mundial con Portugal y una promesa que en el país vecino han bautizado como el nuevo Zidane. Toda una invitación al optimismo.

Regocijo

La confirmación del trabajado fichaje de Topal ha provocado en la redacción de SUPER un interés inusitado en darse de alta en la peña valencianista José Luis Chiclana, ya que es la que más cerca nos pilla del periódico y encima lleva el nombre de un compañero que pese a que fue maltratado, no han podido con él. Yo de momento ya he confirmado mi presencia para ver juntos el partido del domingo. ¡Llevaré cava!