Bruno siempre lo ha dado todo por su club, para él es indiferente llevar la camiseta del Nàstic, del Lleida o del Valencia. Al margen de ser su profesión, el fútbol es un deporte que le apasiona y por eso —con el permiso de su mujer— se ve todos los partidos que hacen por la televisión. ¡Todo es fútbol! En el curso que acaba de comenzar, al catalán no se le nota a gusto, quiere dar pasos hacia adelante y le cuesta, sin alcanzar el nivel que refleja su historial. Le está costando demasiado arrancar los motores y él es consciente, los tobillos ya le quitaron muchas horas de sueño la pasada temporada. Se sacrificó por el Valencia cuando otros habrían aparcado el coche en la cuneta, pero a él le han educado así y no va a cambiar, menos cuando está ahora en la cima de su carrera. Bruno lo ha dado todo y se merece lo mejor, pero en el club existe un mosqueo por la forma en que se ha gestionado su lesión. ¿Entienden por qué se ha fichado a Stankevicius? «Si nos garantizaran que estará al cien por cien, quizá no habría venido el lituano», dicen una y otra vez en la zona noble de la entidad. Tienen dudas sobre su recuperación y no podían dejar el lateral derecho sólo en manos de Miguel. Se espera una temporada muy dura. ¿Y si dentro de mes y medio Bruno debe pasar por el quirófano? La apuesta conservadora de los servicios médicos —tanto Jorge Candel como Ramón Cugat, que fue quién le exploró en Barcelona— no ha gustado en la zona noble, pensando en que había tiempo suficiente en verano para recuperar al futbolista pasando por el quirófano, y le han dado un toque de atención. Su lesión no es fácil, pero en el fútbol no hay tiempo que perder y todos tienen que ser responsables de sus decisiones. Bruno no se merece sufrir más.