El triunfo ante Grecia y las buenas sensaciones que a ratos dio la selección nos han devuelto la esperanza. Como es habitual en nuestro país hemos pasado del pesimismo a volver a hablar de la ÑBA y el oro. Es cierto que el camino hacia la final es el bueno, que España es superior a Serbia y a su posible rival en semifinales, Eslovenia y Turquía —si los árbitros (FIBA) tienen a bien—, pero con la camiseta y la historia no se gana y España aún no ha jugado un partido entero bien. Ese es el temor y al mismo tiempo la esperanza.

Humildad y equipo

El equipo debe caminar con humildad, la que la faltó a Grecia dejándose perder con Rusia o la que no tiene Estados Unidos machacando a sus rivales. Si Scariolo no hace experimentos se dará cuenta que aquí no hay equipo titular y segunda unidad. El éxito de España es el equipo. En este Mundial no ha estado bien algunos jugadores pero han sabido salir al rescate Llull, Reyes o un inmenso Vázquez, por ello hay que confiar en unos y en otros, en todos, hay que creer en el equipo. Siempre bajo el liderazgo de Juan Carlos Navarro, sin el cual nada sería posible.

La Serbia de Savanovic

Esta tarde habrá un gran rival, un equipo joven y con talento que juega descarado pero que por esas mismas virtudes adolece de experiencia y comete errores infantiles. Si España defiende, corre y es alegre será imparable. En las filas enemigas veremos a un amigo, Savanovic, un gran fichaje del Power. Savanovic posee calidad y algo muy importante, no le tiene miedo a nada ni a nadie. También estará Perovic, uno de los mejores cincos del Mundial.

Hussein, preocupado

He disfrutado por su calidad informativa con la gran entrevista de mi compañero y amigo Fran Escudero a Manuel Hussein. Pero percibo preocupación —que me perdone si me equivoco—, ha pasado de decir que lo que no puede controlar no le crea desasosiego, a advertir del peligro por sólo tener a cuatro jugadores del primer equipo.

Un alero menos completo

El técnico reconoce que tras el fallido fichaje de Winston será difícil encontrar un jugador tan completo. Esperemos que el futuro jugador no lea estas declaraciones para que no llegue ya con depresión sabiendo que no es el hombre tan total que se buscaba. Hay que pedirle un esfuerzo a la secretaría técnica y que acierte.

Objetivos asequibles

Manuel, al hablar de la Supercopa, dice que «no sé qué es lo que la gente pretende conseguir, pero nuestro objetivo es hacerlo lo mejor posible». Nadie le puede pedir que gane a Madrid, Barça y Baskonia en dos semanas, aunque estos equipos tengan tus mismos problemas de ausencias te duplican —caso de los vascos— o cuadriplican el presupuesto, aunque es más fácil ganarles ahora que cuando estén más rodados. Vicente Solá ya ha dicho que se aspira a estar en la Copa, entrar en el Top 16 de la Euroliga y acabar la Liga entre los seis primeros, como mínimo. Objetivos normales por presupuesto, plantilla, historia y afición.

Hay que confiar en el trabajo de Manuel

Entiendo a Hussein cuando dice que nunca ha vivido una pretemporada igual. Él nunca había estado en un club de este nivel, con tantos internacionales, y por lo tanto nunca había padecido un inicio tan caótico. Pero esto ya les pasó a sus predecesores —seguro que Mulero se lo ha explicado—. Repito que con Manuel y el equipo hay que tener paciencia en un inicio de Liga con un calendario muy exigente y tener confianza en su trabajo. Tranquilidad.