Les juro por lo más sagrado (que ya saben que para mí es ´jurar´ por Mario Alberto Kempes) que me considero un individuo súper competitivo al que no le gusta perder ni a las tabas. Les digo más, si alguien juega contra mí a ´piedra, papel y tijera´ y yo desplego mi mano a modo de ´papel´ y mi rival se queda con una semisonrisa en la boca y con dos dedos abiertos a modo de ´tijera´... se me llevan todos los demonios. O cuando veo que algún periodista ha dado una noticia que yo desconocía por completo... me siento morir. Y si algún mentecato me come una ficha al parchís cuando ya la tengo casi entrando en casa y se pone a contar veinte muerto de risa... automáticamente pasa a convertirse en un enemigo irreconciliable de mis ansias ganadoras. Miren si me gusta competir —lo llevo en la sangre— que aún hoy guardo como un recuerdo entrañable una canica multicolor y muy particular que me hizo ganar, hace la friolera de treinta años o más, muchos duelos en el recreo del colegio de El Pilar. Esa canica vale su peso en oro, se lo aseguro.

Puntuar fuera es vital

Me voy a dejar de contar las historias del abuelito para volver a la realidad y por lo tanto al partido contra los turcos del Bursaspor... no confundir con nuestro entrañable ´decano´ Burjassot, que por cierto ha hecho una originalísima campaña de captación de abonados. Bueno, cuando he puesto en el titular que hoy me basta con un ´empatito´ les aseguro que no estoy traicionando al Vicente Bau súper competitivo ni a esa canica triunfante durante años en el patio del colegio. Si digo algo así es por una razón muy simple: comenzar la mejor competición de Europa con un puntito a domicilio es empezar muy bien la lucha por la clasificación. Vale, sí, los tres puntos ya sería la repanocha... pero recuerden que ganando todos de casa y sacando un punto como visitante la clasificación para la siguiente fase está más que asegurada.

El himno de la Champions

De todas formas, pase lo que pase hoy en Turquía convendrán conmigo que es una gozada escuchar las míticas notas de la Champions estando el Valencia sobre el terreno de juego. Una gozada y un justo premio al tercer puesto conquistado la pasada temporada en el campeonato de Liga. Hoy, repito, sonará la musiquita de Champions en honor del Valencia... aunque para los responsable de hacer la primera ´promo´ de la Champions de TVE el Valencia no existía y sí tenía un lugar meritorio en sus imágenes el Sevilla... hoy en día eliminado como todo el mundo —supongo que TVE incluida— sabe.

Dos y dos son seis

No he estudiado ciencias exactas. Pero me importa un pepino. En el mundo del fútbol dos más dos —ganar un partido y luego otro a continuación— significa ganar seis puntos en lugar de ese ´dos más dos igual a cuatro´ que tantas veces nos han hecho repetir hasta la saciedad cuando éramos nanos. ¿Y eso qué quiere decir? Pues algo muy simple. Si dos más dos son seis, para el Valencia ha llegado el momento de sonreír y disfrutar. Lo malo, como decía Sabina, lo dejo para otra canción.