Llega el Hércules-Valencia en el mejor momento para ambos. Los alicantinos están que salen tras la épica victoria en el Camp Nou, mientras los blanquinegros han demostrado que son un gran grupo con eficacia goleadora. Dicho esto, y con un gran respeto al rival, los de Emery deben volver con los tres puntos. Claro que no será fácil, pero es una de esas visitas donde no se puede escapar la victoria. Estos días estamos recordando a los numerosos jugadores que militaron en los dos conjuntos, empezando por Kempes y terminando por Rufete y Farinós. Aunque no hay que olvidar que también ha habido doblete en los despachos, y no lo digo por Subirats, sino por los presidentes. Paco Roig tuvo su aventura alicantina tras vender sus acciones del Valencia a Juan Soler. Colocó a uno de sus hijos en el día a día, pero el dinero era suyo. Después de la traca inicial, tuvo que salir corriendo del Rico Pérez. Eso por no hablar de las magnificas relaciones de Vicente Soriano con el constructor y máximo accionista del Hércules, Enrique Ortíz, al que ofreció las parcelas del viejo Mestalla.

Derbi

Históricamente los derbis nacieron en Inglaterra y eran los partidos entre dos equipos de una misma ciudad. Londres, Manchester y Liverpool eran las sedes de los míticos Arsenal-Tottenham, United-City y Everton Liverpool. Esos son los auténticos, junto con el Celtic-Rangers de Glasgow. Luego son muy conocidos los Roma-Lazio, Inter-Milan y los Boca-River. Sin embargo, ahora derbi es un «encuentro, por lo común futbolístico, entre dos equipos cuyos seguidores mantienen constante rivalidad, casi siempre por motivos regionales o localistas», según la Real Academia Española. Quién no se actualiza es porque no quiere.

Trellat

Ni la falsa ´germanor´ con el Villarreal, ni la guerra contra el Hércules. La primera fue impulsada por bandera de conveniencia y la segunda es del pasado. La rivalidad es fútbol, en el campo y en las gradas. No hay enfrenamiento más emocionante cuando los aficionados se entremezclan en el estadio, cada uno animando a los suyos, como corresponde, pero en perfecta convivencia.