Un Valencia-Atlético de Madrid es siempre atractivo, el de esta noche, más. Se acumulan los alicientes. Los valencianistas lo han ganado todo, los atléticos han caído en sus dos últimas citas. Banega será el gran ausente, ha defendido ambas camisetas, mientras que su paisano Agüero tampoco estará en el choque. Las dos revelaciones argentinas son baja, pero la cita no ha perdido ni un ápice de interés a pesar de ello. El partido transmite a priori grandes sensaciones, son de esas noches en las que Mestalla desprende la pasión inconfundible de los duelos en la cumbre. La afición tiene ganas de estar al lado de los suyos tras el arranque impecable que ha protagonizado. Hay ganas de acudir a la grada y de aplaudir. El liderato, el rival, la injusticia arbitral sufrida ante el Hércules, el vergonzoso ninguneo informativo nacional estimulan al valencianismo, que ha entendido el mensaje: es la hora de cerrar filas y de decir aquí estamos, como siempre, dispuestos a dar guerra. Aunque no les cuadre a muchos, el Valencia reclama con hechos un protagonismo más que merecido que se le niega de forma contumaz. Una discriminación absurda e injustificada.

Arbitraje a la altura

La Liga se ha encendido de verdad. Primer contencioso envuelto de estruendo mediático en esta temporada, la lesión de Messi, que ha tapado otro escándalo, el del impresentable arbitraje de Ramírez Domingo en Alicante. Los valencianistas ganaron, pero salieron del Rico Pérez con la sensación de haber recibido una cornada en la femoral que poco más y les deja tiesos. Tino Costa estuvo a un paso de acabar en la enfermería. Manuel Llorente debería tomar nota y mover los hilos correspondientes antes de que sea demasiado tarde. Hoy pita Iturralde en Mestalla, todo es posible con el colegiado vasco. Árbitro por vocación y por linaje familiar, acaba de convertirse en el que más partidos ha dirigido en Primera División de toda la historia. Sólo hay que esperar que esté a la altura de tal honor.

Habló la más bella

Su opinión, de repente, se convierte poco menos que en referencia imprescindible, su sesudo análisis ha dejado una perla para los anales: «Cristiano Ronaldo es egoísta», ha dicho el nuevo oráculo del gremio. No lo sabíamos, bonita, ¿Lo has descubierto solita o te lo ha contado algún confidente?