Parecía que íbamos a tener un verano más o menos parado, por aquello de la crisis, pero nada más lejos de lo que estamos viviendo estos últimos días; y los conjuntos valencianos no iban a ser una excepción. El Valencia tenía por delante una papeleta que está resolviendo, las salidas. Braulio había hecho una lista de jugadores que debían abandonar el club para que otros pudieran llegar. La tarea no era fácil, pero poco a poco se va resolviendo.

Comprar sin malvender

Quizá ha salido alguno que no se contaba, caso de Joaquín, pero como la pasta es la pasta y Manuel Llorente no está para bromas, cuando se le presenta una buena ocasión la materializa rápidamente. Es bueno hacer caja con los futbolistas que no contaban demasiado para el entrenador, porque, de esa forma, se puede comprar sin tener que vender alguno que sí importa. Me explico. Juan Mata, futbolista deseado por más de un equipo, según parece, podría tomar el camino de salida por necesidades económicas del club, como ocurrió la pasada temporada con Villa, Silva y algún otro. Pero ahora sólo podría hacerlo si llegara un ofertón o alguien se atreviera a pagar su cláusula de rescisión. Salen futbolistas pero también llegan, los fichajes del Valencia ahí están, los ya presentados, y, por lo que parece, esto no termina. Hay que seguir a la expectativa.

Ni hablar de aburrimiento

Por su parte, el Levante UD también anda metido en estos menesteres. Hay que pensar en el futuro, trabajar duro y hacer el triple salto mortal de cara a mantener la categoría una campaña más. Sale como la temporada pasada con el presupuesto más bajo de la categoría, pero eso no es obstáculo para conseguir lo que se quiere; el ejemplo es él mismo y tiene a favor el conocimiento del tema. Si trabaja en el aspecto deportivo, también lo está haciendo en el capítulo social. Me gusta la idea de los palcos especiales que ha construido en la parte superior de la tribuna, donde estaban las cabinas de radio. Si es una fórmula más de sacar pasta, mejor que mejor. Quico Catalán y su equipo se nota que no paran de trabajar. Con fichajes nuevos o con los mismos mimbres, la verdad es que las vacaciones para los futbolistas están tocando a su fin. Mañana comienza el Valencia, pero todavía queda mucho de qué hablar en cuanto al cambalache se refiere. Las grandes potencias sacan pasta de debajo de las piedras y con uno que se mueva, la ola se va haciendo grande. No hay tiempo para el aburrimiento.