Cinco segundos sobre Colin Edwards, nueve sobre Iván Silva, diez sobre Robertino Pietri y once sobre Jordi Torres. Las diferencias que marcó ayer Casey Stoner con todos ellos en la última jornada de entrenamientos en Sepang dejan patente que el objetivo de Ezpeleta de aumentar el espectáculo en MotoGP se quedará a medias. Por un lado, aumenta una parrilla que parecía ridícula en los últimos años, pero por otro, no conseguirá más competencia en la lucha por las victorias o los podios. Es tanta la diferencia de potencial entre unas y otras monturas, que la fractura en la parrilla es segura. Podría hablarse de dos carreras en una o incluso de cuatro categorías en el Mundial porque las CRT, por tiempos, podrían estar a mitad camino entre las Moto2 y las MotoGP. Incluso más cerca de las primeras que de las segundas.

El reto de Aspar

Un título 'virtual' en juego

Las dos jornadas de entrenamientos que ha habido en el circuito de Cheste esta semana han servido para ver en acción las dos motos CRT del ´Team Aspar´. Los tiempos marcados por Randy de Puniet y Aleix Espargaró no han podido ser comparados con los de las Honda, Yamaha o Ducati que estaban en Sepang, pero basta con hacer una comparativa con los de la calificación del último GP de la C. Valenciana para ver que la diferencia con los mejores no es tanta como la que tienen por ahora el resto de sus rivales con CRT. Es sólo un primer paso, pero marca ya los objetivos del equipo y que pasan por ser los mejores de los nuevos sobre la parrilla, aunque ese título ´virtual´ no sea recompensado con podios o trofeos. Sólo el estadounidense Colin Edwards, un veterano de 37 años, puede inquietar a un ´Team Aspar´ asentado ya en MotoGP.

Fórmula Ecclestone

Un precedente sobre 4 ruedas

Las motos ´low coast´ —con motores de serie— siguen el camino que empezaron sus hermanos de la Fórmula 1 con la entrada en parrilla de equipos como Hispania HRT, Virgin o Lotus. Pero mientras Ecclestone llegó a llamarles inválidos después de promover su entrada en parrilla y ver que eran doblados carrera tras carrera, Ezpeleta parece tener más claro que, al menos este año, sucederá lo mismo y lo asume. Es su apuesta de futuro para abaratar costes y la defiende ante la oposición de pilotos y grandes marcas. Si al final aguanta el tirón, pasa el examen del primer año y las CRT copan la parrilla de MotoGP, Aspar ya tendrá parte del camino hecho, aunque cueste imaginar un Mundial sin Honda, Yamaha o Ducati.