Un millón de euros gastados en abogados, pruebas científicas y hasta detectives en busca de la procedencia de la carne contaminada, más de año y medio de lucha en los tribunales y 4.000 folios sobre la mesa de los tres miembros del TAS para que al final la sentencia se haya reducido al principio básico y más duro del reglamento de la UCI, el que implica una sanción por la detección de cualquier sustancia prohibida en el cuerpo, sea culpable o no el ciclista. Tampoco es de recibo que se haya resuelto en 2012 un positivo de 2010 y más si ha tenido que ver el miedo a sentar un precedente.

El papelón de la RFEC

Alberto Contador es el gran damnificado de la sentencia del TAS de ayer, pero su imagen no es la única que se ha visto dañada, ya que la Federación Española de Ciclismo y el Comité de Competición que le absolvió hace poco más de un año han quedado en evidencia ante la sanción del TAS. ¿Qué prueba tenían de la inocencia de Contador que no le ha valido al máximo tribunal del deporte internacional? La credibilidad de la lucha contra el dopaje en España sufre un nuevo golpe y más cuando viene precedido de chapuzas como la Operación Puerto y la Operación Galgo en las que aún se esperan sanciones. ¿Nos tienen manía o hay que reflexionar?

Ganan los ganaderos

La contradicción de una sentencia que reconoce como «no probado» el dopaje de Contador con su posterior sanción máxima sólo es comprensible teniendo en cuenta que esas palabras se refieren con toda probabilidad a la voluntad o no del ciclista de doparse, porque su positivo por clembuterol es un hecho a pesar de que fuera en una cantidad ínfima de 50 picogramos. Y ahí lo ha tenido imposible un Contador que ha sido incapaz de demostrar que en España se puede consumir carne contaminada, para alegría de los ganaderos de vacuno que se vieron perjudicados por el argumento esgrimido por el madrileño.

Malas compañías

El último Giro de Italia ya no está en su palmarés pese a no haber dado positivo en él, pero al menos 2011 le sirve para restar los dos años de sanción hasta el punto de que podrá reaparecer en la Vuelta a España… si quiere seguir compitiendo. Eso sí, aunque nadie estará más vigilado que él, en poco le ayuda correr para Bjarne Riis, quien admitió haberse dopado toda su carrera y en el Tour que le ganó a Indurain.