Alucinante. Un patrimonio enorme. Con toda la que está cayendo va y resulta que más de dos mil tíos se desplazan en el mismo día a Elx para ver al equipo. ¿Les queda claro donde reside la verdad del Valencia? Miren, cuando una sociedad anónima como lo es el Valencia camina desnortada y sin rumbo, acumulando derrota tras derrota, y con una gestión tan errática como aterradora, que se desplacen más de dos mil fieles es una auténtica bomba. Un notición. Con ese patrimonio „el legítimo„ tengan claro que el Valencia CF no desaparecerá jamás. El factor humano es brutal. Para estar orgullosos.

La cara deportiva

Y sí, ayer se presentó el nuevo proyecto deportivo encabezado por Rufete coincidiendo con una crisis enorme tanto deportiva como institucional. El equipo no funciona, no carbura, y ya les aseguro yo que los jugadores no son tan malos como aparentan. Tampoco somos un equipazo, eso que quede claro, pero tan malos ni hablar. Uno por uno el Valencia forma una plantilla competitiva, pero hay que saber domarla, instruirla, gestionarla. En definitiva, entrenarla.

La cara societaria

Dos mil. Dos mil fueron a Elche a animar a su equipo sin importarles el follón que se traen entre Bankia, la Generalitat, la Fundación y la mercantil. Ellos van a lo suyo „los dos mil„. Pero ni son tontos ni están ciegos. Saben que la asfixia económica es de órdago y que Bankia va a hacer toda la fuerza del mundo para vender la mercantil. Pero ellos siguen ahí, fieles como nadie, sin apenas levantar la voz. Y les digo una cosa, si al final el Valencia se vende el comprador „o compradores„ se va a encontrar de bruces con una masa social alucinante. El comprador mirará a Bankia, al solar del viejo Mestalla, al nuevo estadio, a la deuda? pero en cuanto se dé cuenta del potencial humano que esconde este club en sus entrañas esbozará una sonrisa.

Enhorabuena

Bien, seguimos en Valencia CF, en pleno lío, como nos es propio. Pero, ¿y estos tíos? ¿De dónde salen estos tíos capaces de seguir a un escudo y meterse entre pecho y espalda más de 400 kilómetros en un solo día para al final llevarse otro disgusto? ¿Son de carne y hueso? Pues miren, a estas alturas de la película para mí no sólo son los más importantes: también son los más auténticos. Los míos.