Hoy la cosa va cortita y al pie, que es domingo de agosto y me imagino al personal con ganas de ir a la playa o a la piscina. La temporada pasada, después del atraco que nos pegaron en Sevilla en la Europa League escribí algo por lo que los aficionados sevillistas estuvieron mucho tiempo insultándome -de hecho alguno todavía lo hace-. Me da absolutamente igual lo que me digan los sevillistas porque es lo que pienso, y sobre todo porque lo siento en el alma. Por ello hoy lo voy a repetir; visto lo visto ayer, me daría vergüenza ser de un equipo tan marrullero.

Aquí no se rinde nadie, y además tenemos buen equipo

Cuando escribo esto estoy bastante eufórico por el resultado, pero más allá de algunas situaciones a mejorar que no voy a decir pero que todos sabemos a qué me refiero, el Valencia tiene buen equipo. Lo que pasa es que hay algo mejor que tener buen equipo, y lo voy a resumir en una frase que se ha escuchado en la redacción del periódico al poco de que terminara el encuentro: "Este partido la temporada pasada lo perdíamos, habría llegado el minuto 85 de partido y nos habrían hecho el segundo gol en una contra".

En otras palabras, el Valencia este año tiene alma, y ese es el gran acierto de Rufete; el vestuario. Al tiempo. Por otra parte, soy de la opinión que si el Valencia puede algún día volver competir solo será desde el vestuario, desde el corazón de un equipo de fútbol. Por mucho que coleccionemos futbolistas, si no somos capaces de hacerles de hacer un equipo con alma, jamás le tocaremos la carita al Real Meseta y al Barcelona. ¡Apúntate eso Lim!

Escándalo de Gayà, ¿Quién paga a Otamendi?

Ya por líneas me da la gana destacar el papel de Otamendi. De este chaval yo hasta he escuchado que no jugaría nunca en el Valencia porque no era más que mercancía de un fondo de inversión. Y ojo con Rúben Vezo, que este chaval promete. Dicho esto, sigue habiendo una pregunta sin respuesta que no me deja dormir: ¿quién paga a Otamendi? Por otra parte, lo de Gayà es un escándalo. ¡Escándalo!

Otro atraco, en el Sánchez Pizjuán

Estoy hasta las narices de los árbitros y de los atracos en el Sánchez Pizjuán; Vicente Bau, reacciona, lo de De Paul no es expulsión, es una vergüenza...